La mañana se asomó tímidamente por las ventanas de la sala común de Hufflepuff cuando Elena, llena de energía y anticipación, se levantó para comenzar su día en Hogwarts.
Tras un desayuno rápido en el Gran Comedor, cargó su mochila con pergamino, tinta y otros elementos esenciales, y se dirigió hacia su primera clase del día: Pociones.
El aula de Pociones estaba llena del característico olor a ingredientes mágicos y humo de pociones. Las mesas estaban dispuestas en filas, cada una equipada con frascos y utensilios para la elaboración de pócimas.
El profesor Snape, con su mirada penetrante y su atuendo oscuro, ya estaba en su escritorio, preparando la lección.
—Buenos días, profesor —saludó Elena al entrar en el aula.
Snape levantó la mirada, sus ojos oscuros fijos en ella. —Buenos días, Digorry. Siéntate.
Elena se acomodó en una mesa y comenzó a desempacar sus cosas. Poco después, las puertas del aula se cerraron, y Snape inició la clase.
—Hoy nos ocuparemos de una poción delicada, la Poción de Embriaguez. Presten atención y sigan las instrucciones al pie de la letra.
Mientras Snape explicaba los pasos y los ingredientes necesarios, Elena se sumergía en la tarea. La atmósfera en el aula se volvía más intensa con cada indicación del profesor. A su alrededor, otros estudiantes mezclaban ingredientes y murmuraban entre ellos.
De repente, una voz familiar se hizo notar. Cady, la mejor amiga de Elena, estaba sentada en una mesa cercana.
—Elena, ¿tienes idea de cómo hacer esto? —preguntó Cady, frunciendo el ceño mientras examinaba la receta.
—Sí, más o menos. Vamos a trabajar juntas —respondió Elena, sonriendo.
Ambas se sumergieron en la tarea, midiendo con precisión los ingredientes y mezclándolos con cuidado. A medida que avanzaban, se ayudaban mutuamente y compartían risas discretas.
Después de un tiempo, Snape se acercó para inspeccionar las pócimas de los estudiantes.
—Muy bien, Digorry. Parece que tienes un buen manejo de esta poción —comentó Snape, sorprendiendo a Elena con un atisbo de aprobación.
La clase continuó con éxito, y al final, Snape asignó tareas para la próxima sesión. Con la campana anunciando el fin de la clase, Elena y Cady se dirigieron a su siguiente clase del día.
—No estuvo tan mal, ¿verdad? —dijo Cady con una sonrisa mientras salían del aula.
—Definitivamente podríamos ser las futuras maestras de pociones de Hogwarts —respondió Elena vacilando mientras se reían.
(...)
Era casi la hora acordada, y en la tranquila biblioteca de Hogwarts, Elena aguardaba la llegada de Theodore. Hasta que escucho la puerta abrirse, ella mira, pensando que seria Theodore, pero no.
Harry se acercó con una sonrisa.
—¿Cómo fue tu verano? —preguntó Harry, y Elena respondió con un breve beso en los labios.
—Fue bien, ¿y el tuyo? —indagó ella, notando una sombra en los ojos de Harry.
—Igual —dijo Harry, ocultando su tristeza detrás de una mirada cuidadosa. En ese momento, las puertas de la biblioteca se abrieron nuevamente, revelando a Theodore. Buscó a Elena con la mirada y se acercó a ella.
—Hola —saludó Theodore, mientras Harry lo miraba confundido.
—¿Se te perdió algo? —preguntó Harry, con un deje de desconfianza.
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Fine Line|Theodore Nott
FanfictionElena Digorry, inicia su cuarto año en una relación con Harry Potter, pero esta no perdura mucho, ya que Harry tiene la atención puesta en Cho Chang. Y entonces, Elena comienza a experimentar algo por el chico rebelde del colegio. Sin embargo, esa a...