Sesenta: el número perfecto

281 31 19
                                    

La mujer de cabello corto y negro remueve la cucharita con gracia, formando un pequeño remolino en el café, su sonrisa ladina no desaparece en ningún momento mientras observa fijo al par de adolescentes uniformados sentado frente a ella, al otro lado de la mesa.

—¿Y bien? —La pregunta es escueta. Pese a que las mesas de alrededor se encuentran vacías, y que la cafetería en general no parece recibir mucha clientela, es preferible ser precavido.

—¡Por supuesto que queremos formar parte de esto! —Exalta Misa, alzando los brazos.

Sin embargo Light no luce nada emocionado.

—Disculpe, señorita Takada, mi amiga no me informó de esta reunión —observa de reojo a la rubia, reprochándole con la mirada—, aún estoy intentando asimilarlo todo. Sin embargo, dudo mucho que él realmente nos necesite.

—No he dicho que lo haga —clarifica antes de darle un sorbo a su taza de café—, de hecho no está al tanto de esta reunión, pienso decírselo si llegamos a un acuerdo. Si bien es cierto que él puede continuar sin ayuda, considero que seríamos más sólidos si sus seguidores comienzan a unirse de a poco.

—¿Como una organización? —pregunta Misa con una amplia sonrisa, sus ojos brillando.

—Esto no tiene sentido... —murmura Light, meneando la cabeza y aflojandose la corbata del uniforme—, si se ha mantenido en el anonimato, ¿no cree que haciendo esto va a dejarlo expuesto?

—Nunca dije que verán su rostro, toda comunicación sería a través de mí —encoge los hombros a la vez que se retira el flequillo de la frente con gracia—. Tampoco planeo decírselo a muchos, pienso ser muy selectiva, de hecho ustedes dos son los únicos que llaman mi atención.

—¿¡En serio!? —Misa pega un brinquito emocionada.

—Sí, la señorita Amane captó mi atención y esto que todo en su blog, hasta las entradas de ella son anónimas, lo que significa que aunque su nombre no esté implícito, tiene un carisma especial para atrapar a la gente —Kiyomi sonríe, viendo a la chica y luego desviando la mirada hacia el castaño— Y tú... —saca un recorte de periódico que guardó en su bolso y lo extiende sobre la mesa, un artículo donde aparece el rostro de Light—, veo que eres un chico muy inteligente.

Kiyomi guarda silencio tras sus palabras, manteniendo una pose segura y confiada. Siempre fue una mujer refinada y por eso quizá congenió tan bien con Kira la primera vez que lo conoció hace años en la universidad. Es cierto que planeó esta reunión sin consultarle pero le prometió que siempre le sería útil y en algún momento necesitará apoyo. El tal Light es muy inteligente, con un impresionante historial académico que lo avala pese a su corta edad, Misa mientras tanto se queda atrás en ese aspecto pero tampoco es tonta, y su fama puede ser usada a favor para que cada vez más gente apoye a Kira.

—Lo siento pero no creo que nosotros tengamos algo que ofrecerle a su amigo. —Responde Light tras unos segundos, llevando la mano hasta la mesa de forma casual para tomar el pedazo de periódico y hacerlo puño, acto seguido se pone de pie.

—Pe-Pero, ¿de qué hablas, Light? —Misa se arrastra sobre el asiento y logra tomarlo de la muñeca a tiempo.

—Ya la escuchaste —voltea por sobre su hombro, viéndola con cierta decepción. Adora esa chica pero a veces también lo saca de quicio—, él realmente no nos necesita, no hay motivo para que nosotros seamos parte de esto.

—¡Pero ya lo somos! —contesta apresurada— Además sí que podemos aportar algo extra, nosotros tenemos acceso a archivos que quizá ellos no.

Light se tensa al escuchar lo último, no es como si no fuera obvio que algunos nombres salieron directamente de archivos policiales, a los cuales él puede acceder a través de las credenciales de su padre pero sin dejar rastro. Sin embargo no era necesario decirlo en voz alta.

PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora