La felicidad sale a relucir

12 1 0
                                    

Primera semana de septiembre, feria de la capital provincial, para este momento, Sofía, se propuso recuperar a su mejor amiga, debido a que hacía meses que habían perdido el contacto.

Para ello, creó una clase de classroom en la que empezó a escribirle, colgando imágenes en el tablón de anuncios, donde comentaba lo que sentía y las ganas que tenía de recuperar esa amistad que tenían.

Finalmente llegó el día en el que Mónica, su mejor amiga se puso a leer y a observar las fotos que subió Sofía, haciendo que ambas retomasen las conversaciones de nuevo tras unos días de espera.

Ambas chicas retomaron las quedadas junto al resto de integrantes del grupo, formado por 4 chicos y 3 chicas.

El 16 de septiembre, Sofía y Manuel son invitados a una boda cada uno, a la misma hora del día; pero no es la misma boda a la que acuden.

Dan las 2 de la madrugada del 17, y Manuel pone rumbo al pueblo de ella para poder verla. Llega a la pequeña localidad, siendo que nada más encontrarse con Sofía, se le acelera el corazón, provocando que al chico, Manuel, se le origine una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.

Ambos se dirigen a la boda de la cual venía Sofía, en dónde esta le presentó a toda su familia, además de realizarse fotos y charlando con los invitados allí presentes.

A eso de las 3 de la madrugada, ambos deciden irse de aquel evento, Manuel y Sofía se fueron a encontrar con el grupo de amigos, que se encontraban en una nave en propiedad del novio de Mónica.

Después de un largo tiempo de estar con los amigos, Manuel le pide a Sofía salir del lugar a la entrada del mismo. Cuando finalmente salieron, ambos se quedaron conversando largo y tendido. Sofía ya sabía de los sentimientos de Manuel hacia ella, siendo que la situación ameritaba para que surgiera el primer beso entre ambos, tanto es así, que aquel gesto acabó ocurriendo.

Cuando terminaron de hablar, volvieron a entrar en la nave, para que sobre las 4:30, Manuel tenia que volver a la boda de su tía. Se despidió del grupo de amigos, con la excepción de Sofía, de quién se despidió con un beso, aquella sería una noche que jamás olvidará Manuel.

Desde aquel día, Manuel comenzó a comprender aquel sentimiento del que tanto hablaban, : estar enamorado. Cada noche antes de dormir, agradecía al destino, o lo que fuera que le hubiese llevado a aquel momento, el poder disfrutar de aquella sensación que le dejaba buenas vibras.

Vínculos Fracturados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora