Policías y ratones (autora fuera por un tiempo)

Cansancio

-Maldita agencia, malditos agentes y estúpidos trabajadores que tengo-murmuro un hombre de cabello negro mientras golpeaba una mesa con su puño dejando pequeñas gotas de sangre en esta.

-Tranquilo señor- dijo alguien detrás suyo -¿Quiere que los llame? o ¿Prefiere golpear la mesa asta romperla y tener que remplazarla?- pregunto mientras sostenía el brazo del hombre que golpeaba la mesa.

-No, dejemos que esos inútiles piensen que lo que robaron tiene valor- se separo del moreno que sostenía su brazo para después sentarse en un sofá que daba directo hacia una gran ventana en la que se podía ver toda la ciudad.

-¿Entonces que desea mi señor?- pregunto el moreno acercándose con un botiquín en brazos.

-Dales misiones a esos inútiles para que mantengan distraídos a los agentes esos- se recargo en el sofá mientras el otro vendaba su mano -Y que inicien con la otra parte del plan.

-Como dese mi señor- el moreno dejo de vendar su mano para después levantarse por una botella de whisky y volver a acercarse.

-Sírveme- levanto una copa que tenia al lado suyo en una pequeña mesa.

-Ya voy- tomo la copa en manos y sirvió el liquido en ella.

-Esto será muy divertido- murmuro el de cabello negro mitras tomaba la copa en manos y agarraba la cintura del moreno.

Tiempo después.

Meses, meses llevaba siguiendo a la garra y el zorro, pero para ser mas exactos alrededor de 5 meses llevaba siguiendo a los dos criminales, o valla que la vida puede ser abecés cruel falta de sueño, estrés, ganas de tirarse de un puente o renunciar a su trabajo, eran una de las cosas que cargaba en sus hombros ya hace tiempo, lastima que renunciar no era una opción ya que el mismo se juro que nunca en su vida iba a renunciar a su trabajo por mas difícil que se volviera, por mas que su vida peligro que hubiera el nunca renunciaría.

La garra todo un enigma al igual que el zorro, solo que la garra o valla que no tenia nada de que hablar de el la información que obtuvieron de el no era ni tan poca ni tan larga, no ataca el mismo lugar tres veces, va acompañado siempre del zorro, su territorio no es uno no tan grande pero ni tan pequeño, también el mas tranquilo de todos a comparación del de muchos otros criminales, allí ahí familias enteras que viven tranquilas, pequeños negocios prósperos e impresionantemente mínimo tres escuelas, dos guarderías, y una universidad con varias facultades, pero una vez finalizado el día y el caer de la noche con la bella luna en en cielo decorando como siempre, los bares abren y la mafia se hace parecer dejando caos a su paso, no saben la manera en la que el lugar se puede mantener el pie con la mafia acechando, uno de los tantos enigmas de la garra.  

Pero cuantas cosas avían pasado en tan pocos meses nuevos integrantes en la agencia que antes eran civiles "comunes", nueva información de los criminales mas buscados y las posibles mafias a las que podrían estar ligadas. Después de la destrucción del museo empezó a ver mas seguridad por toda la ciudad desde los barrios mas ricos, asta los barrios mas pobres que temían por su seguridad al ser los mas vulnerables de toda la ciudad.

Cada día que pasaba los civiles parecían mas asustados, temían que algún día  cobraran mas que solo objetos guardados detrás de vitrinas de cristal, temían que sus ataques que no solo  fueran en la oscuridad de la noche si no a la luz del día donde los civiles estaban mas expuestos, cada día el temor crecía en la población.

Vaya que avían sido meses cansados para el agente que en este momento estaba tumbado en el sillón de su departamento rodeado por hojas de pistas  de la garra por todos sus lados y su compañero de departamento jugando con la hojas regadas como si no le hubiera comparado juguetes para el ya, Tom tenia pensado seguir tumbado en su sillón si no fuera por que su celular recibió una llamada, se maldijo internamente para después levantarse y tomar su celular de la mesita al lado del sillón.