< Navidades > 25/12/2013
Amaba esas fechas, siempre deseaba que llegaran rápido para poder disfrutarlas.
Con mi familia.. Una familia feliz y unida.
Una familia que fingía ser normal solo esos días.
No los culpo por querer aparentar algo que no son, al contrario, lo agradecía. Agradecía que todas las navidades fuéramos a casa de esa persona que nos brindaba una bonita noche navideña.
Amaba poder compartir con otra familia muy diferente a la mía.
- ¡Niñas, a comer!-
Decía ella con una felicidad infinita mientras que servía la cena. Esta vez no estaba sola, sino que estaba con ese grupo de señoras que le alegraban la noche navideña también.
Después de la cena, mi hermana, mis primos y yo anhelabamos con emoción la llegada de los regalos, aunque siempre debíamos esperar, valía la pena.
De lo material nunca me quejé, mis padres hacían lo posible por tapar una falla con algo material, cosa que no funcionaba muy bien..
No puedes tapar una herida que sangra con una muñeca o un billete.. Seguirá sangrando, seguirá doliendo y aunque no lo creas, el amor puede sanar más que el dinero.
Pero bueno ahí estábamos, disfrutando como niños de ese momento tan mágico como lo era la navidad. Ese momento que aunque duraba solo un día, yo lo quería muchísimo y agradecía por él..
Agradecía por salir un poco de aquel hoyo sin fin que me torturaba todas las noches.
**
Todo estaba oscuro, la noche había llegado y él miedo empezaba apoderarse de mí..
-No!
Grite tan fuerte como pude pero nadie me escuchaba.
Corrí tan rápido como pude, pero fue en vano porque mis pies no alcanzaban a dar ni siquiera un paso.
Por favor no! Las lágrimas corrían desenfrenadamente y yo no sabía qué hacer..
Cómo llegar allí, a ese espacio que está tan cerca pero que al intentar acercarme se vuelve más lejos?
Es mi culpa, si tan solo pudiera..
- Basta!
Alguien grito tras de mí..
Su voz no me era familiar pero, no causó miedo en mí.
- Deja de culparte por algo que no está en tus manos..
Seguía hablando esa voz misteriosa a la que no le encontraba punto de partida.
De dónde proviene? Me pregunté tratando de dar la vuelta, pero al instante resbalé con un líquido que envolvió mis piernas y mis manos al tocar el suelo.
Traté de levantarme más mis intentos eran fallidos. Todo era oscuridad, pero alcancé a ver el líquido rojo carmesí que escurría de mis manos.
- Pero qué?- me pregunté al instante que un grupo de sucesos pasaron delante de mí sin detenimiento.
La vi a ella allí en el suelo, el líquido carmesí provenía de ella y sus ojos estaban tortuosamente abiertos..
-Nooo!!
No podía con tanto, intenté nuevamente levantarme pero sentí como si una carga muy pesada cayera sobre mis piernas impidiendo moverme.
- Mamá!
La llamé una y otra vez, no era posible controlar el dolor de mis lágrimas al salir desenfrenadamente.
No respondía, no se movía y mi miedo crecía en la soledad de la oscuridad.
No no no, entré en negación esto no podía estar pasando, por qué ella? No, no por favor.. Ya no puedo con más.
Dejé caer completamente mi cuerpo, el líquido carmesí atravesando la lana del abrigo que cargaba puesto. No podía dejar de llorar, no quería aceptar esto por que yo lo vi pasar muchas veces pero hoy.. hoy no quería vivir esto nuevamente.
- Eydy?
Escuché un susurro el cual no quería mirar de donde provenía.
- Pequeña, levántate.
Espera, esa era la misma voz que escuché hace unos instantes, antes de..
Moví mi cara con la esperanza de que pudiese ser mi madre pero..
Su cuerpo ya no estaba.
Me alarmé, quise buscarlo pero la carga que se sirnio a mis piernas se hizo mas notable.
Donde está?
El ataque de ansiedad comenzó.. Venía por mi, ya lo sabía.
- Eydy levántate.
No no no, no puedo.. Empecé a iperventilar.
Mi respiración era un desastre y sabía que no terminaría bien.
- Si puedes, ven aquí.
La voz seguía dando vueltas en mi mente, pero aún no le encontraba punto de proveniencia.
Me di por vencida, ya no podía con tanto dolor..
Estaba a punto de cerrar lo ojos cuando de pronto la ví...
Una puerta blanca como lo nieve se encontraba a unos pasos de distancia.
- Ven aquí, Eydy..
Abrí los ojos pero la falta de aire en mi sistema no me permitía centrar mi visión.. Solo pude ver como esa puerta blanca se abría y de ella, salía una sombra que venía hacia mí.
Retroceder pensé..
Más no pude.
Y antes de que esa sombra llegase a mí..
Mis ojos se cerraron sin darme tregua alguna para detallar la silueta que se cernió frente a mí.
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Detrás de una puerta Blanca
De TodoTodo es mejor detrás de una puerta blanca.. Puerta cuyo alivio sanaba el dolor que sentía Eydy Hartson. Y es que al abrirla había un mundo totalmente diferente al que la afectaba tanto. Siempre pensó que la vida podía llegar a ser muy injusta con a...