𝙘𝙤𝙡𝙡𝙖𝙧 (cap. 8)

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lorena junto a sus hijos recibieron la maravillosa noticia de que se irán de vacaciones por dos meses a Inglaterra, pues darwin debía ir con Liverpool para jugar unos amistosos.

aún así les resultaba genial la simple idea de salir del país para poder descansar, los chicos por sus estudios y liberarse de aquella prisión. por parte de Lorena, no se veía tan así, ella en parte pensaba en mackenzie y lo bien que se debía de sentir no tenerla cerca de núñez, sonará tóxico pero sentía eso, más además que era un momento familiar para recordar a futuro con sus hijos y esposo.

¿darwin? él estaba realmente nervioso, no paraba de pensar en que se quedaría con lorena bastante tiempo, aún no sacaba pero es algo de aceptar ya lo echo, echo está. ¿se arrepentía? miti miti, no es alguien de decir que no a último momento, pero le entraron unas ganas de despedirse de Mackenzie rápidamente aunque no sean nada.

- buenos días, gordo - tomó a Darwin del cuello y con delicadeza lo acercó a si misma para depositarle un suave beso en aquellos finos labios.

- buenos días, linda.

de igual forma Darwin accedió a aquel beso, demostrando todo su afecto y cariño a través de éste. se separaron rápidamente la escuchar un ruido proveniente de afuera, al estar ambos solos se les puso la piel de gallina, aquellas voces se iban aclarando hasta ambos ya tener una idea de quienes podrían ser sus dueños.

- buenos días, mamá - besó tiernamente su mejilla izquierda - buenos días, papá - al igual que con Lorena, éste se acercó a él y besó su mejilla derecha.

- buenos días, dulzura - lorena estaba muy contenta al tener a su familia casi completamente junta - ¿y...

- oh, ella está arriba arreglándose - rodó los ojos - iré a por ella, no tardo.

sin más se fué. al "pequeño de papá" le dió curiosidad saber que pasaría, e igual que su hermano, se fué de allí dejando nuevamente a la pareja solos. ahora darwin estaría a solas con lorena, y ella pensaba en tirarle algunas indirectas sobre sus proyectos a futuro los cuales comparte con él.

pensando en algún pretexto para comenzar a hablar sobre aquellos futuros proyectos, lorena pudo visualizar un collar femenino dentro de la cajuela frontal de su asiento. esto la tomó de sorpresa pues, aquel collar no es de su estilo, naturalmente usaría alguno más grande con grandes detalles y demás. pero este era diferente, a simple vista podía notarse que no era de ella y suponía una infidelidad sobre darwin.

con algo de resentimiento, tomó aquel accesorio femenino y de forma incrédula voltear a ver al masculino, que estaba sentado con su celular viendo algunos mensajes de whatsapp. lorena quiso llamar su atención, y aún así no lo logró, produjo un sonido con si garganta, como si se hubiese atorado con algo y lo quisiese sacar.

darwin volteó con semblante confundido, no entendía el actuar de su esposa. no,hasta percatarse del bendito collar que llevaba en su mano izquierda, lo alzaba con cierto asco, esperando una explicación de aquel accesorio dentro de su automóvil.

- no me toco porque de lejos se nota que no es mío - aquella mantenía un semblante serio sobre todo este asunto, darwin nerviosamente tragó saliva fuertemente - ¿de quién es?

- es...de una amiga, amor - dió una gran excusa restándole importante al asunto.

- ¿amiga?-aquel comentario hizo que casi llore de la risa, darwin no tenía amigas y eso ella misma lo podía confirmar- ¿desde cuándo tenés amigas vos?

- ¿y no puedo tener? - excusó perfectamente alzando sus hombros.

- darwin, dale, no descanses, ¿de quién es?

- de una amiga, lore

- ¿que de quién es?- si era sincera su paciencia se estaba acabando, sin dudas una tristeza invadía si pecho al pensar en las posibles variables.

- de una amiga - dijo por última vez- pregúntale doscientas veces y en las doscientas veces te voy a decir lo mismo.

lore calló. hizo el intento de escucharlo aunque otra parte de ella claramente se lo impedía, pero como buena mujer debía escuchar su versión antes de malinterpretar, ¿y si es de su hermana y ella diciéndole cualquier cosa? sin dudas imperdonable.

- pero, ¿de quién es?

- la otra vez salí con unos amigos, había una gurisa que no se podía ir porque la llevaron y la dejaron sola, ya era que la deje sola en el medio de la nada - sonaba convincente, lorena quiso auto convencer a su conciencia de todo lo que estaba ocurriendo - no podia ser forro y dejarla ahi tirada, entonces la llevé y se vé que se olvidó del collar acá, que sé yo -restó importancia.

tenía razón, sería de mala persona dejar a alguien que realmente necesite ser transportado a algún lugar. se sentía egoísta y realmente estúpida, no podía creer que pensaba que eso realmente podría pertenecerle a mackenzie, debería calmar sus celos y hablarlo mejor con su pareja, ya comenzaba a desconfiar bastante de él hasta el punto de normalizar el sentirse así.

- sí, perdón.

- ¿por qué?

- y por ser egoísta, nunca pensé en eso - sinceró. se sentía recontra mal.

- no importa, ¿los gurises se tardan mucho, que hacen?

- voy a ver, hace rato que se fueron.

lorena sonrió sin ánimos, dejó el collar en un hueco que había frente a la palanca de cambio. tomó la manija de la puerta y jaló de ella, al abrir dicho material y poder salir de aquel ambiente tóxico, tomó un cacho de aire y cuando se quiso acordar venía su hija mayor con sus dos nenes atrás.

- ¿qué haces con todo ese cargamento?

y sí, se sorprendió cuando vió a la gurisa con la planchita en la mano. y eso que ella le dijo que se apronte antes porque sino la iba a dejar acá nomás.

- ay, ¡bueno mamá!, no iba a salir así - reprochó subiendo al auto.

- no me hables así, y ¿quién te quiere mirar el pelo? - frunció el ceño mientras entraba nuevamente al mismo incómodo ambiente que dejó anteriormente.

- Lore, cebá mate - pidió núñez arrancando el auto para poder irse de allí.

la rubia no dijo nada más, solo agarró la matera, sacó el termo y el mate, y cebó lo que tuvo que cebar hasta que se queden sin agua.

ᴍᴀꜱ qᴜᴇ ᴄᴏɪnᴄɪdᴇɴcɪᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora