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Azerbaiyán, junio de 2021.
Las miradas eran intensas.
O al menos eso es lo que pensó una de las encargadas de las tareas de prensa cuando los vio por primera vez.
Le encantaba su nuevo trabajo, pero no era muy fan de tener que volver al trabajo en plena pandemia, viajando de un sitio a otro, llevando una maldita mascarilla de la mañana a la noche.
Emocionante pero agotador.
Aunque otros sí disfrutaban de la vuelta al deporte.
Actualmente sentada, almorzando con sus compañeros en la pequeña cafetería de la motorhome de Red Bull, la chica más nueva que trabajaba en el equipo de marketing observaba en silencio su entorno. Llevaba menos de seis meses trabajando en aquel lugar y no conocía exactamente a tanta gente como pensaba que conocería para entonces, pero aprovechaba el tiempo para seguir aprendiendo sobre todo y sobre todos los demás.
No muy lejos de ella, los dos pilotos del equipo mantenían una conversación informal; probablemente haciendo bromas tontas sobre los zapatos amarillos que Max había tenido que pedir prestados a Sergio y comentando lo grandes que le parecían, tal y como habían estado haciendo durante toda la mañana. Por lo visto, ese chiste era muy común en el paddock y llevaba bastante tiempo circulando. Ella no sabe de dónde viene o cómo empezó y ciertamente no iba a preguntar.
Al menos no pronto.
La primera vez que oyó hablar de ese chiste fue en marzo, cuando estaban grabando algo para el podcast del equipo.
"De acuerdo," dijo Max, sosteniendo un papel que tenía algunas preguntas escritas. "Dime algo que definitivamente no sepa de ti."
"Ah," contestó Sergio, que ya tenía una sonrisa pícara en la cara "Podemos entrar en más detalles más tarde."
"Bien," Max rio brevemente "Puedes enseñármelo más tarde." Le contestó bromeando.
"Oh, quedarás impresionado." Ambos rieron esta vez, Max bajó la mirada sonrojándose fuertemente lo que hizo que el resto del equipo riera en silencio.
Tal vez no debería hacer esas bromas con alguien que sabe jugar ese juego.
Esta vez no fue muy diferente ya que sus grandes sonrisas se notaban bajo las mascarillas que llevaban, no es que fuera difícil saber que se lo estaban pasando bien de todas formas porque sus sonoras carcajadas los delataban.
