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A la mañana siguiente, la llamada que Renjun había estado temiendo, pero sabía que iba a venir, sonó. La que indicaba que había Lobos de otra manada en sus puertas.

Poniéndose rápidamente su uniforme de batalla, Renjun se reunió con el resto de los lobos en la parte delantera de la vivienda. Si bien se había desplazado unas cuantas veces más desde que había recibido el disparo en la pierna aún le dolía un poco, pero sabía que necesitarían cada médico que tenían si las cosas se ponían feas.

No estuvo muy sorprendido cuando levantó la vista y vio que Jeno estaba a su lado. En lugar de estar molesto por la presencia del tigre, Renjun se consoló, sabiendo que Jeno le cuidaría la espalda.

Con Johnny a la cabeza, se dirigieron a la puerta de entrada al encuentro de la otra manada. Justo como esperaba, Kris estaba de pie en la parte delantera y no había cambiado mucho en los últimos años. Todavía estaba demasiado musculoso hasta el punto de casi
ser gordo. Mantenía su pelo marrón engominado como si todavía viviese en los años cincuenta, y continuaba usando esas camisas a cuadros y pantalones vaqueros gruesos con tirantes.

Aunque su hermano estaba desarmado, Renjun no se dejó engañar. Su hermano no estaba allí para venderles galletas de las Girl Scouts. Estaba allí para declarar la guerra y sus intenciones de hacerse cargo de la manada. El hecho de que en realidad fuese a por ello de la forma formal y correcta conmocionó a Renjun, tal vez Kris había aprendido buenos modales en el camino.

—Saludos, Alfa Johnny, —Kris dijo una vez que estaban a una distancia correcta para hablar.

—Saludo, Alfa Kris, —Johnny respondió con una voz firme. La mirada de Sungchan se sacudió en Renjun. —Veo que has tomado nuestras sobras. Pensaba que lo habíamos matado.

Renjun tomó aire cuando ese comentario le golpeó tan fuerte que fue como un puñetazo en el estómago. Aún asi mantuvo una mirada estoica en su rostro, sin embargo. Moriría antes de dejarle saber a Kris que tenía algún tipo de efecto sobre él.

—Sí, tu hermano pequeño está muy bien. Es uno de mis mejores médicos de campaña—dijo Johnny con orgullo.

—Si tú lo dices. —Sungchan se rió, el resto de su manada se unió a la risa.

Renjun intentó no dejarle ver que le dolía, pero ¡Joder, como lo hacía!

Los años de burlas volvieron a él con un golpe brutal y rápido haciéndole sentir como el cachorro inseguro que una vez fue.

—No dejes que ese imbécil te afecte, —susurró Jeno. —Eres genial.

Jeno extendió la mano y le dio al hombro de Renjun un apretón reconfortante. Por extraño que pudiera parecer, ese toque le dio a Renjun la fuerza suficiente para levantar la cabeza y mirar a los ojos de su hermano.

—Tal vez yo no era el defectuoso, ¿Quizás lo era la manada?

Kris dejó escapar un gruñido. —Sólo por eso, serás el primero al que mate.

—El primero de ellos, —Johnny se hizo eco. —¿Estás tratando de decirnos algo, Kris? —El hecho de que Johnny dejase de usar el título honorífico de Alfa fue una bofetada verbal en la cara, y todos lo supieron. Los ojos marrones de Kris se estrecharon peligrosamente. Renjun sabía que veía bien. Era la manera en que lo miraba exigiendo que le entregara su culo en bandeja de plata.

A pesar de que no quería responder ante ello, su cuerpo tuvo otras ideas, y comenzó a temblar ligeramente. Se sintió horrorizado porque Jeno aún lo estaba tocando, pero el tigre sólo le dio un apretón tranquilizador.

—No va a ser tuyo ahora, y aunque pudiera, no está indefenso ya. Sabe cómo manejarse. Yo apostaría algo a que incluso podría contigo en una lucha si llegase el momento, —dijo Jeno.

pequeña molestia ;; norenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora