𝑑𝑒𝑙𝑖𝑐𝑎𝑡𝑒 ༄ 𝑆𝑒𝑡ℎ 𝐶𝑙𝑒𝑎𝑟𝑤𝑎𝑡𝑒𝑟 ©

( ☆ ) Ella vive en nosotros

CAPITULO ONCE
ELLA VIVE EN NOSOTROS

La casa Uley se encontraba en duelo, ambos hermanos destrozados por la perdida de su figura materna, perder a alguien que estuvo toda tu vida, dolía.

El velorio se iba a realizar en forks, su abuela había nacido y vivido parte de su vida en la reserva, les resultaba una buena idea velarla en dónde tuvo muchos recuerdos de su vida.

Susan, la tía de Sam y Emma había llegado a forks hace unos minutos, con rapidez llegó a la casa del mayor de los Uley ingresando preocupada, abrazo a Sam con fuerza tratando de retener parte de su dolor, una parte de ella decía que debía ser fuerte por sus sobrinos más por Emma.

-Donde está? Cómo se encuentra? - pregunto preocupada por la menor

- Ella está lo está tomando mal, desde que supo la noticia no ha parado de llorar - explico la condición de su hermana

- Dónde está? - la mirada de lastima al escuchar el estado de Emma, le partía el corazón

Sam estaba apunto de contestar hasta que una nueva voz se unió a ellos

- Tía? - Susan giro viendo a su sobrina

Emma se encontraba con ojeras marcadas y ojos hincados, el color de su rostro se había vuelto pálido y su mirada, solo tenía dolor.

- Oh Emma - se acercó con rapidez hacia ella abrazándola con fuerza

En ese instante al sentir a su tía que también es otra persona con la cuál creció, se rompió por completo al sentir su toque, tal vez anteriormente no había sacado todo o tal vez no fue ni la mitad, habían Sido grietas en ella, pero en este momento con su tia abrazandola, se había roto por completo.

- Ella...ella....me dijo que luego íbamos a hablar....y no pasó.....tía...no me... despedí - al hablar se entrecortaba por la lágrimas que tapaban su nariz y boca

- Tranquila cielo....tranquila, respira, respira..-susan trato de calmarla pero al parecer nada funcionaba

Seth estaba ansioso, ansioso de tomarla en sus brazos y consolarla, había estado parte de la noche tratando de calmarla hasta despertaron temprano para salir a tomar aire y que Emma se despeje al menos un poco, pero veía que no iba a ser tan fácil, ella apresar de todo eso, se sentía fatal, el quería ayudarla que no sienta sola o decaída. El había pasado por la perdida de su padre y sabía que el dolor que el había sentido en ese momento, emma lo estaba viviendo.

De esa manera paso la tarde con emma pegada a su tía y su hermano, seth había vuelto a su casa por órdenes de Sam, aunque el sabía que en estos momentos lo que más necesitaba Emma era a su familia.

- Estaré para ti en todo momento, no importa que yo estaré ahí para ti - Sam decía seguro frente a la fogata que estaba frente a ellos, abrazando a Emma

- Recuerdas cuando volviste lleno de lodo a la casa - Dijo la adolescente recordando mientras sonreía

- La abuela me siguió con una cuchara de madera por todo el patio - Sam rio recordando el mismo recuerdo

- La abuela te alcanzo

- porque tú me pusiste el pie y tropeze

Ambos se miraron explotando en risas recordando más cosas divertidas, ambos le dolía la boca de tanto reírse.

- Me gusta escucharlos reír - la tía Susan llegó junto a ellos

- a la abuela le hubiera gustado estar contando anécdotas - emma dijo susurrando

- Mí madre, la abuela, siempre estaba aquí, lo está ahora, con nosotros...ella vive en nosotros porque la recordamos, muere quien olviden y nosotros nunca la olvidaremos. Ella está en todo aquello que le gusta a hacer, en su jardín, en sus recetas, en todo aquello que ella nos enseñó.

- Tienes razón, nunca la olvidaremos - Sam asintió sonriendo

- Nunca - Emma dijo limpiando mini lágrimas que trataban de salir de sus ojos

Día después. 9:30 P.M

Emma respiro pausadamente cerrando los ojos ,decidida pero con temor camino hasta el mueble alto que se encontraba frente al ataúd de su abuela.

Hace una hora había comenzando el velorio, confirmando que este día era el peor de Emma. Ahora se encontraba despidiendola frente a todos

- Hola a todos. Hoy vengo a decir unas palabras para mi abuela, para mí todo.
Querida Cecilia, no tengo palabras pero si muchas lágrimas. Me siento asustada y triste, triste porque te perdí, asustada de olvidarte, de olvidar todo lo que fuiste. Has dejado tanto en nosotros, me dejaste muchas enseñanzas, me preparaste para la vida pero para esto, aún quedaba muchas cosas que vivir juntas.
Ojalá tener un segundo más para decirte cuánto te amo, cuánto te agradezco cada minuto que pasaste en tratar de enseñarme a leer o a escribir, todos los actos de colegio en los cuales estuviste ahí, mirándome y acompañadome. En cada paso que daba, ahí estabas tu. Y perdón por todas veces en que actúe de manera imprudente, una parte de mi se va contigo, pero una parte de ti vive conmigo. Estaré bien, criaste una persona fuerte y te haré sentirte orgullosa de eso, te amo abuela, no es un adiós, si no un hasta pronto.

Bajo del mini escenario para salir rápido de la inglesia, necesitaba que el aire entre a sus pulmones.

- Fueron palabras hermosas

Ella asintió tratando de reprimir el llanto que trataba de salir de ella,el muchacho quileute se acercó a ella abrazándola con cariño.

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