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después de ese momento su relación con bi-han dió un pequeño gran paso, a pesar de que actuaba como si nada, incluso si aún era un hombre amargado veía que se le escapaba pequeñas sonrisas que la hacían feliz. saber que rompió un poco de ese hielo la hacía sentir bien, adoraba ver sus sonrisas y esos leves sonrojos cuando intentaba disimular, negar que lo hizo.
aún le costaba creer que los meses pasaron volando que ya tenía un año “viviendo” con él.
no necesitaba escucharlo decir que ella fue lo mejor que le pudo pasar en años, ya lo ha escuchado en un estado fatal de borrachera sin sentido alguno, tan solo había vuelto tan mareado, diciendo mil incoherencias junto a esa agradable confesión. los borrachos dicen la verdad, ella quería creer ese mito.
era tanta la alegría que sentía al estar a su lado que no podía disimularlo cuando visitaba a su hermana, ashrah siempre preguntaba el motivo de esa sonrisa tonta que solo una mujer podía tener si estaba enamorada, ella estuvo así. le agradaba la idea de que su hermana se enamore pero le preocupaba que lo negara y sobretodo la explicación de porque supuestamente no estaba enamorada; aquel hombre que invade en su hogar no es capaz de salir con un demonio.
todo hubiera sido diferente si él no la hubiera visto en su forma original.
se negaba a sí misma esos sentimientos que nunca iban a ser correspondidos, el corazón frío de una persona solitaria podría ser el más sincero de los corazones, un corazón completamente leal pero desafortunadamente no lo tendría para ella.
a veces no soportaba la libertad que tenía de estar tan cerca suyo, verlo dormir, el único momento del día que se veía tan relajado y le gustaba, siempre estaba molesto —no con ella por suerte— o simplemente cansado de estudiar pero todo para ser un ciudadano útil para el gobierno.
