Capítulo 3

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Un par de ojos azules mirándome de cerca. Bonita forma de empezar el día, y de asustarme también. Tal fue el susto que me dió que aparte de gritar como una cabra, me caí de la cama de mala manera. Y el puto camisón no amortiguó para nada mi caída.

-Bonita forma de dormir, princesa.- Dijo el estúpido de Ryan con una sonrisa.- ¿Te has hecho daño?- Me tendió la mano. Mano que no acepté y me levanté por mí misma.
-No. - Sí, pero era demasiado orgullosa como para admitirlo.- Sé que me echabas de menos pero tanto como para pasártela viéndome dormir...
-No sabes cuánto. Pero como quería descubrir si soñabas conmigo me he acercado a echarte un vistazo.
-Oh, no jodas. ¿He pronunciado muy alto tu nombre en sueños?- Se rió.
-Demasiado, pero podías haberte ahorrado los gemidos joder.- Reí. Era capullo pero la gente capulla era la más cercana a mí. Annie era una claro ejemplo.- Por cierto, te sienta demasiado bien mi camisón.
-Tanto que me lo vas a regalar.- Lo miré como suplicando que lo hiciera. Sin más por aquel olor tan reconfortante que desprendía.
-No te pases de lista.  Aunque hubiera apostado más por aquel vestido interior negro.- Qué asco, no.
-Jo gracias pero cosas rehusadas me dan como grima. Seguro le sienta mejor a tu novieta.- Le dije con algo de recelo.
-Hablando de Helen, hoy viene. Seguro que te cae muy bien.- Dijo convencido de ello.
-Siempre estáis seguros de todo respecto a mí, yo no lo estaría tanto.- Y me alejé hacia la cocina con ansia de desayunar algo. Si había algo que amase más que columpiarme, era comer.

Al visualizar perfecto helado Häagen-Dazs, fui la chica más feliz del mundo. Sinceramente me importaba una mierda si no me lo podía acabar. Que no me hubieran llevado a aquel lugar. Escuché la puerta abrirse y desde mi lado en la cocina me fijé en una chica muy guapa.  Tenía el pelo negro y liso y unos ojos entre azulados y verdosos. Su cuerpo era de diez. Me daba bastante envidia.

-Oh...- Se sorprendió al verme.- ¿Y tú eres...?
-Elisabeth, encantada.- En realidad no.- ¿Y tú?
-Helen.- Me miraba extrañada. Como sin tener ni puta idea de quién era yo y qué hacía en casa de su novio.
-Veo que ya os conoceis.- Ryan se acercó bajando las escaleras, estaba cambiado y espectacularmente guapo. Dió un hermoso beso hacía Helen, el cuál se me hizo eterno.
-Oye Ryan, cada día traéis a más chicas. ¿Se puede saber quién es ésta ahora?- Se había referido a mí como una cualquiera. Mala puta.
-Relaja tu instinto de novia celosa. Es Elisabeth, la hermanastra de Annie.- Dijo tranquilizándola.
-Ya... ¿Y qué hace por aquí como Pedro por su casa?- Pero sería zorra...
-Jajajajaja entiendo, se ha terminado lo que quedaba de tu helado favorito.- Dijo Ryan mirándome divertido ante mi expresión.- En realidad, admiro tu forma de que te importe tan poco todo Eli.- Dijo riéndose.
-¿Sí? Pues a mí no me hace ni puñetera gracia que se zampe todo mi helado. ¿Qué pasa que se ha propuesto hacerse una bola de billar?
-Oye estúpida, llevo aguantando tus pullitas desde hace un buen rato pero por aquí no paso. Si me he acabado tu hermoso helado te jodes y te compras otro y si tienes celos pues te los comes junto al otro helado nuevo y así nos convertimos en boliches las dos juntas. ¿Te parece? Pero a mí no me molestas un minuto más.- Y me fui toda cabreada a mi supuesta habitación antes de que la mierdosa esa me dirigiera una sola palabra más.

-Y yo que confiaba en que os llevaríais bien...- Dijo Ryan irónico.
-Podrías haberme avisado de lo zorra que era tu novia.
-Hey, no la insultes. Es una tía estupenda. Pero no sabía que te ibas a engullir todo su helado joder.- Comentó en una media carcajada.
-Y ahora que lo he hecho me alegro de que fuera suyo.
-Qué humos Elisabeth.- Me miró pensativo.- ...Beth, definitivamente voy a llamarte Beth.
-Nadie nunca me llama así y da por sentado que tú no vas a ser el primero.- Le dije con rabia.
-Pues entonces estoy seguro de que te gustará mucho más Lisa.- Dijo ladeando la cabeza mientras contenía la risa que le hacía.
-Vete a la mierda. Ahora entiendo que Helen esté contigo.-Dije comprendiendo la situación.
-Jajajaja princesita estás hecha toda una fiera. No ahora en serio, me gusta Beth.- Suspiré grandemente.
-Tú mismo. ¿Puedo quedarme tu camisón? Me voy a casa.- Dije despidiéndolo con la mano.
-¿Ya te vas princesa? Te lo doy pero tan solo porque te sienta bien.
-Atrévete a llamarme así delante de tu novia máquina.- Y continué escaleras abajo.
-¡Vale princesita! Hasta más ver Beth.- Gritó persiguiéndome y dirigiéndose hacia su novia.
-¿Por qué la llamas así?- Lo sabía. Helen en acción.
-Haber relájate porque la única chica en mi vida eres tú.- Y me giré por simple curiosidad para encontrarme a Ryan besando apasionadamente a Helen encima de la encimera. Él me miró de reojo como retándome y yo al no soportarlo más me fui directa a la parada de autobús.

Seguro que pretendía darme celos. Lo que no entendía es el porqué de ellos. No tendría que tener celos, y me daba rabia tenerlos.

Me pasé la mayoría del día leyendo, cosa que también adoraba.  Echaba de menos pasármelo un poquito bien. Pero sin duda, leyendo era una bonita forma de despejarse y de sumergirse en un mundo nuevo.

Al anochecer, escuché como llamaban a mi puerta. Fui corriendo en mi queridísimo pijama de circulitos. Era John.

-Hey John, ¿Qué te trae por aquí?
-Hola Eli. Quería ver qué tal te encontrabas.- Me dijo lindamente.
-Ah pues ya has visto que bien. Adiós.- Le cerré la puerta para rápidamente volverla a abrir.- ¡Que nooo que es broma! Anda pasa.
-Gracias.- Y me sonrió.
-Es que eres tan buenazo que dejas a huevo gastarte bromas John.- Dije alegremente mientras le revolvía el pelo.- ¿No has venido con Annie?
-No. Ella va a quedarse a dormir allí otra vez. ¿Te quieres venir a dormir tú?- Me preguntó sentándose a mi lado en el sofá.- Sabes que siempre estás invitada.
-Eh... Bueno muchas gracias, pero no. Me da que no me apetece aguantar a gilipollas.
-Jajajaja si hablas de Helen... Siento mucho que te haya caído mal, a veces puede llegar a ser irritante.- Me dijo como si fuera demasiado fuerte pensar eso de ella.
- Lo que no comprendo es porqué está con Ryan. Me parece buen chaval incluso para ella.- Y eso ya era mucho decir.
- Bueno, entiende que se conocen desde hace mucho. Y para Ryan, Helen fue un gran apoyo desde que se murió su mejor amigo.
-¿Como dices?- Qué gran aportación.
-Ay, perdón.- Dijo tapándose la boca.- Soy un bocazas, no debería haber dicho nada.
-Hombre pues ya hecho... No te cortes.
-Haber no quiero hablar mucho del tema pero Ryan antes no era así, era mucho peor. Se metía en problemas... y bueno, al final esos problemas acabaron involucrándose en su mejor amigo.- Dijo apenado.- Lo creas o no, Helen ha estado a su lado hasta en sus peores momentos, y te aseguro yo que eso no ha sido fácil.
-Vaya tela.- Estaba sorprendida.- ¿Y cómo se llamaba su amigo?
-Steve. Pero por favor, no comentes el tema. Él no lo ha superado aún.
- Oh bueno, lo intentaré.- Me iba a ser difícil porque la verdad era que soy una persona muy curiosa y ahora me había despertado más curiosidad hacia Ryan y los problemas en los que se metía. Al fin descubría que yo no era la única en tenerlos.

Me despedí de John, pero se me quedó aquella sensación de querer descubrir más sobre Ryan. Porque cada día era más interesante. Y sabía que no era lo normal estar con gente que también tenía problemas. Pero es que había que dejar de buscar en los demás lo que no tenemos nosotros. Que no funciona así. Que eso tampoco llena.

Bueeenas, hoy os traigo un capítulo aunque algo más cortito, pero igualmente espero que os guste. Los personajes por el momento no los puedo poner. Pero prometo que seré la primera en ponerlo en cuánto pueda. Besoos.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2015 ⏰

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