Un día antes

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El chico de pelos dorados había llegado al departamento, sus ojos azules recorrían todas las esquinas del descuidado lugar que un día estaba como nuevo, lo guiaba el chico de mirada cansada y moribunda, que se dirigían al cuarto del segundo mencionado, puesto que él era al menos, segundo propietario de la casa una vez que ella ya no estaba, y a diferencia de muchas personas, eso no lo alegro. Ambos se sentaron en la cama, a lo cual solo miré atento, como siempre Elio le sonrió con el alma, tratando de robar sus labios, sin embargo, Alister parecía estar en otra página, a este punto parecen polos opuestos, como si el sol y la luna salieran juntos a una cita en la reflexión del mar, aunque la luna perdió a su estrella.

Sus voces no tardaron en llenar el domicilio, sus voces no eran altas, pero el lugar era tan callado a este punto que se sintió nuevamente en casa. A pesar de la agradable charla que ambos chicos compartían, la luna parecía no estar del todo cómoda, la luna en sí parecía estar así desde hace semanas, desde hace estrellas. Hasta que una pregunta detonó en el aire, '¿Cuando regresarás?' anunció el sol, representado en aquel chico de nombre Elio, a lo que sé que, en realidad el chico quiso decir '¿Cuando volverás a ser el mismo?', pero el otro no contestó, solo miro el suelo y una profunda melancolía volvió ahogar su cuerpo y mente. Elio volvió hablar, pero el otro no lo permitió, y como si se tratará de un eclipse, la luna opaco al sol, callando y gritando, chillando en algunos momentos, no es tan fácil olvidar, pero sin embargo, él cree que es algo tan imposible como el beso entre el fuego y el agua.

El sol se apagó por un momento, enfriándose ante las duras palabras de su eterno enamorado, sabía por lo que vivía, sabía que su estrella se había perdido, pero ¿él qué culpa tenía?, se quedó en silencio todo, nuevamente, y el sol dejó a la luna, quién estaba al borde de las lágrimas, una vez que la puerta se escuchó cerrarse, se hundió en la cama, llegando a un mar de tristeza, hasta que otro ruido lo hizo salir de la tristeza, era aquel oso oscuro, lleno de angustia y remordimiento, sé comenzó a hiperventilar, pero a causa de su llanto, sentía como si se estuviera ahogando en el mar. Escuchó más cerca el rugido de aquel animal, así que el solo sé escondió en su armario, mientras el oso trataba de tumbar aquella fina puerta, solo veo todo desde la esquina, mi tiempo seguía sin llegar, entonces solo quede viendo la escena de un chico, enterrado en miseria y tristeza.

Alister's animalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora