No estás solo

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Esta puta información te era familiar, las fotos de esos hombres, leíste nuevamente el papel. Su contenido trataba de un grupo terrorista en el Medio Oriente, acompañado de unas fotos de los que participaban, cada rostro de los hombres te eran familiares.

De pronto lo recordaste, este grupo terrorista lo manejaba tu padre, era un grupo terrorista que utilizaba Makarov para distraer a todos los que lo buscaban y distrayendolos del problema real, eran toda mentira para tapar los verdaderos planes de Vladimir Makarov.

Pusiste tus manos fuertemente, dejando un fuerte ruido al golpear las palmas de tus manos sobre la mesa que estaba en medio de la sala, llamando la atención de todos los presentes.

Te miraron extrañados mientras respirabas agitado. -yo conozco a estos hombres...- finalmente soltaste, tu voz fue baja, pero no lo suficiente como para que no te escucharán, es más, todos te escucharon perfectamente.

Qué querés decir con que los conoces?.- dijo Ghost, su voz parecía molesta, pudiste notar como fruncía sus cejas, a pesar de tener una máscara, se notaba por la poca piel que se exponía gracias a los orificios que le permitían ver sin problemas, se notaba como se le arrugaba la piel.

Por otro lado, Gaz te vió bastante curioso, al igual que Soap, dejaron aún lado sus papeles y empezaron a escucharte con atención, los dos te miraban fijamente esperando a que siguieras hablando.

-Estos hombres.... trabajan para mí padre, los utiliza como plan de encubrimiento...- miraste el mapa que estaba colgado en la pared, este tenía dibujados unos círculos rojos de los posibles lugares donde encontrar a este grupo, te diste cuenta que esos lugares no se acercaban ni un poco, así que agarraste una fibra color negra.

-Siempre se encuentran con mi padre por estos lugares...- mientras hablabas hacías círculos con la fibra sobre el mapa marcando unas ubicaciones -...alrededor de las 12:00 pm y las 3:00 am...mi padre les da órdenes para despistarlos a ustedes...el sabe perfectamente que pasos deben hacer ellos porque...hay un infiltrado en la base...- finalmente diste toda la información que sabías acerca de este grupo, tus manos temblaban ligeramente al no saber cómo los demás iban a reaccionar ante esto.

-Un infiltrado!?.- dijo Soap con sorpresa, miró a todos lados con su boca abierta levemente, su mirada se cruzó con la de Ghost que este tenía los ojos abiertos como platos pero sus cejas seguían fruncidas y Gaz se había quedado petrificado, se tensó en su asiento mirando a todos esperando que alguien hablara y cortara este silencio.

Miraste a Price buscando algún tipo de aprobación por la información que brindaste, pero solo pusiste verlo como se agarraba la cabeza con furia y frustración, el estrés se apoderó de todo su cuerpo, dejó escapar unos insultos con su acento británico que no pudiste comprender del todo, y golpeó la mesa con sus puños lleno de ira.

Esto hizo que te sobresaltaras del susto por el fuerte ruido del golpe, veías a John muy alterado, los demás también lo estaban, pero no tanto como el.

Finalmente te miró, sus ojos celestes ahora parecían rojos de toda la furia que recorría su ser, se acercó a vos tirando las sillas que estaban en su camino y te agarró fuertemente del hombro.

-Quién carajos es?.- su aliento era fuego, la rabia lo consumía por completo y lo cegaba al punto de no ser consciente con cuánta fuerza te estaba agarrando.

Dejaste escapar un gemido de dolor.- mierda...Price eso duele...por favor suéltame.- dijiste en español, al parecer no te entendió, lo miraste algo asustado, verlo así te recordaba a....cosas del pasado, los flash-back no tardaron en invadir tu mente al igual de que no tomó mucho tiempo para que tus lágrimas salieran de tus ojos...no era solo por el dolor que te estaba proporcionando el agarre de John, era también por el dolor en tu interior, lo mal que estabas emocionalmente, tenias heridas por todas partes, heridas internas, nadie las podía ver a simple vista...era algo que solo las personas lo podrían notar si indagaran en lo profundo de tu interior y no solo en tu exterior.

Cuando Price notó tus lágrimas es entonces que se volvió consciente de la fuerza que estaba ejerciendo y rápidamente te soltó. -Yo no...yo.- dejó escapar un suspiro pesado mientras alejaba sus manos de vos, notó que tú llanto no solo se debía a la fuerza de su mano en tu hombro...no...había sucedido algo más...por suerte fue el único que lo notó.

- Perdóname...no quise hablarte así o hacerte daño. - Te miró con preocupación, sin pensarlo mucho estiró sus brazos para rodearte en ellos, te estaba abrazando. Lo hizo solo porque notó que necesitabas uno, miró a los demás y les hizo un gesto con la cabeza, todos captaron la señal de que los dejaran solos.

A los chicos solo les tomó unos segundos dejar la habitación completamente vacía, a excepción de ustedes que permanecían ahí.

Vos en sus brazos, su cabeza estaba apoyada sobre la tuya mientras ocultabas tu rostro en su pecho, mojando su remera con tus lágrimas.

Después de minutos de estar en silencio mientras solo se podían escuchar tus sollozos, finalmente decidió hablar.

-...Que pasa?¿Hay algo más que deba saber, niño?.-

Levantaste levemente tu rostro y tus ojos encontraron camino sobre los suyos, esos ojos celestes que te recordaban al mar...nunca habías ido, pero siempre veías imágenes o vídeos sobre playas y el hermoso mar azul que lo acompañaba, anhelando algún día ir.

Los labios te comenzaron a temblar, un nudo se hizo en tu garganta al recordar toda tu niñez y adolescencia, no sabías si hablar y sacarte este peso que llevabas hace mucho, al tener esto oculto en lo más profundo de tu ser, nunca pudiste compartirlo con alguien ya que vivías en soledad.

...y-yo...- tu voz temblaba, te costaba soltar las palabras de tu boca ya que solo lograbas tartamudear y murmurar, todo tu cuerpo estaba temblando, en especial tus manos. -...yo...yo... Si hay algo más...-

Lograste decir esas palabras, pero te había costado mucho, no sabías cuanto te iba a costar hablar de todo lo que tuviste que vivir. Repentinamente te sentías seguro entre sus brazos, el comenzó a acariciarte la cabeza mientras esperaba a que estuvieras listo para hablar, te dedicó una sonrisa dulce y eso te hizo pensar...que ya no estabas solo en esto.

En la oscuridad | John Price × LectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora