"Quizá se deba a que me sentí en casa contigo,
Mucho antes de que me dejaras entrar".Yoongi no terminaba de entenderse.
La noche fría ayudaba mucho para que sus emociones se ordenaran un poco, pero no podía hacer una gran hazaña cuando su corazón latía enloquecido y su nariz continuaba sintiendo el cosquilleo de los aromas que pudo robarse, tan celosamente.
¿Por qué se sentía así cada vez que veía al omega de cabello rojo? Era desconcertante, no podía explicarlo, ni siquiera él mismo terminaba de entenderlo.
Lo único que estaba claro era lo bien que se sentía al verlo, y a veces no era necesario que sus ojos se dieran cuenta de esa presencia, simplemente pensaba en él, en esos pocos encuentros un tanto vergonzosos e inmediatamente algo se encendía en su pecho, como una fogata cálida en medio del bosque, o una luciérnaga brillante.
Era como si su alma lo reconociera de algún punto perdido en el vasto mapa del tiempo, extraño, hermoso, demoledor. Todo convertido en una misma ola emocional que lo estaba guiando a un punto desconocido que le daba miedo, pero al mismo tiempo le causaba infinita curiosidad y cierto punto de emoción.
A veces, lograba ser sincero consigo mismo, y cuando podía conseguirlo en un lapso corto de tiempo, fácilmente llegaba a descubrir lo profundamente aterrado que estaba. Yoongi era joven, no conocía de relaciones estrechas, con confianza mutua y su lobo nunca antes se interesó en algo remotamente parecido, por ello, estaba lleno de temor, de dudas, y al mismo tiempo de anhelos.
Soltó un suspiro mientras continuaba caminando. Había pasado alrededor de una semana desde que había conocido al bonito omega, y cinco días en los que no lograba hablar con él.
Frunció el ceño, recordando que su último intento de crear una conversación con Jimin fue cuando se lo encontró por casualidad. No se le ocurrió algo mejor que preguntarle la hora, y la única respuesta que obtuvo de parte del omega fue una mirada extrañada, que además iba acompañada de un ceño fruncido que denotaba extrañeza, o al menos eso era lo que el alfa quería pensar.
Yoongi no lo entendió, hasta segundos después que se fijó en el reloj que llevaba puesto en su muñeca izquierda.
Fue entonces que comprendió lo tonto que debería verse a ojos del omega, así que, desde entonces se limitó a observarlo desde lejos, sin la intención de acercarse.
Descubrió que Jimin sonreía más bonito cuando no se lo encontraba en su camino, Yoongi no tenía el derecho de robarse esa sonrisa, en lugar de ello, se dedicó a apreciarla desde una distancia razonable y continuar alimentando los sentimientos que estaban creciendo con demasiada rapidez.
Hizo un puchero cuando sintió como su lobo se convertía en una bolita de tristeza, levantó un poco la mirada, congelándose levemente cuando se encontró al bonito omega que había construido una casa de colores en la mente del alfa que hasta ese momento continuaba perdido en el inmenso bosque de pensamientos.
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𝐌𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐨𝐬𝐨 𝐃𝐞𝐬𝐚𝐬𝐭𝐫𝐞 ʸᵐ
RomanceMin Yoongi es el orgullo de sus padres. Un alfa callado, educado, estudioso y con un toque tímido que siempre ha sido galardonado por su impecable promedio en la universidad. Park Jimin es todo lo contrario. Un omega rebelde que no respeta las regla...