Siempre te han gustado las historias y leyendas, pero nunca has vivido una experiencia como las que te habían contado, un día, un suceso escalofriante cambio tu perspectiva del mundo.
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Abriendo los ojos, sentiste un dolor intenso que torturaba tu cuerpo, agujas incrustadas en toda tu piel, los médicos que, con lo poco que tenían intentaban auxiliarte para sacarte todo aquello, sufrias mucho, pero después de una larga sesión todo término, tu cuerpo se sentía entumido y justo ahora estabas muy confundida, todo había pasado tan rápido que no te dio tiempo de asimilar nada, la gente poco a poco se recuperaba del pánico que habían tenido, Yoriichi permanecía a tu lado, estaba ahí quieto mirándote, no sabias lo que estaba pensando, pero supusiste que estaba preocupado por ti, estiraste tu mano hacia él y él rápidamente se acercó para tomar tu mano, su mano de madera fría te reconfortaba en ese momento tan tensó.
- Yoriichi.. Estas bien, que suerte no te ocurrió nada malo - perdón, no pude protegerte - no digas eso, has echo lo que estaba en tus manos para cuidar de mi, yo soy siempre muy frágil, por favor no te fíjes en eso.
Yoriichi tenía la cabeza baja, estaba realmente preocupado por ti y por tu salud, él quería saber si podía hacer algo más por ti, pero tu delicadamente dijiste que no era necesario hacer más, también, notas te que yoriichi estaba cubierto, como "escondido" para que nadie lo viera, fue tierno verlo así, intentaste ponerte de pie, pero, yoriichi no te lo permitió, yoriichi te tomó entre sus brazos y te cargo, inmediatamente te apenaste por su acción, pero yoriichi no te dejó actuar más por tu cuenta, sería él el que te llevará de regreso a casa. Durante el regreso a casa, el camino fue bastante duro, viste infinidades de cuerpos por todo el camino, ver tal masacre te perturbaba, cerras te los ojos para no ver más, yoriichi por otro lado, parecía imperturbable por su alrededor, no ignoraba nada, pero él ya estaba acostumbrado a este tipo de cosas, giró levemente su cabeza para observar como cerrabas los ojos presionando ligeramente los párpados.
- Estas asustada? - Hum.. No estoy asustada solo es que, ¿ah ti no te causa nada ver todo eso?
Yoriichi guardo silencio por un largo rato mientras caminaba contigo en brazos, si bien estaba acostumbrado para él, las vidas humanas eran de gran valor.
- Te mentiría si te afirmara que no siento nada, pero, realmente no tengo miedo, solo pienso que, no debería ser así, las personas no tienen por que terminar de esta manera, este mundo es hermoso, hay mucha belleza en el, y no muchos tienen la oportunidad de aprovechar eso. - por que es que te gusta tanto este mundo yoriichi? - Realmente, no se como puedo trasmitir te lo que hay dentro de mi mente
Fue en ese momento que comprendiste a yoriichi, yoriichi no era igual a los demás, y tampoco tenía la misma manera de ver las cosas como tu las veías, quizás el observaba todo de una manera más espiritual, yoriichi era como un libro al cual tenías que leer cuidadosamente para entenderlo. Abriste lentamente los ojos, para toparte con sus ojos de madera pintados de rojo, a pesar de estar caminando y cargando te a la vez no tenía ningún tipo de cansancio, oh fatiga, no ibas a mirar el camino, preferias mejor observar a yoriichi, que pasaría si tan solo la situación en la que se encontraba yoriichi cambiase? El cambiaría? Muy probablemente lo haga físicamente. Pasaron un par de minutos cuando ya estabas frente a tu hogar, gracias al cielo ahora sólo podrías descansar, apenas estaba amaneciendo y los rayos del Sol golpeaban a ti y a yoriichi mientras se acercaban a la puerta, cuando yoriichi estuvo lo suficientemente serca de la puerta la abrió con uno de sus 4 brazos y entro, una vez adentro, camino hasta la parte de arriba de tu habitación, y aún que le insististe para que te dejara ahí en la sala él no aceptó, te llevó hasta la habitación. Yoriichi examinó todo tu dormitorio parecía impactado, observo cada peluche que tenias y juguete, él te recosto sobre la cama con delicadeza y se sentó a tu lado, yoriichi ya había estado ahí antes, pero, no te lo iba a decir, tu mirada se encontraba con la del pelirrojo en todo momento, tanto que te hacia sonrojar levemente.
