[Cap 5]: Mi primera fiesta

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—Ese no, está muy corto. Se me va a ver hasta el alma Nicoll—Me quejo mirando el vestido de tubo color negro.

Esa vaina es solo tela no un vestido.

—Hay por favor Rachell, ya vamos por el cuarto vestido y de todos me has dicho lo mismo, ni siquiera te has puesto alguno para decir eso—Dice ella rodando los ojos.

—No estoy segura de que ir a esa fiesta sea buena idea. Me voy a sentir incómoda...

—Vamos Rachell, por favor prueba este—Me extiende otro vestido color rey de falta acampanda— Te debes de ver bien hermosa con ese vestido. Además no te deberías de estar importanto lo que la demás gente piense de ti. Eres hermosa como eres—Ella me da unos de sus abrazos que me reconfortan mucho. Inhalo y Exalo antes antes de tomar el vestido y meterme al baño.

Por unos segundos me lo quedé divisando. Aún no me sentía segura, es que nunca fui una chica de usar vestido, nunca me llamaron la atención y hasta hoy en día ese ideal se queda en mis gustos como una daga incrustada en mi, pero no le di más vuelta en el asunto y me los coloque. Tengo que ser valiente y ser como dice mi amiga.

Más valiente.

—¿Ya estás?— Pregunta ella en un tono desesperado.

—Ya casi, calmate.

—¿Quieres que te ayude?

Ni ella te tiene paciencia

—¡Cálmate! ya voy a salir—Amo a Nicoll, pero a veces es muy persistente

—Me avisas, quiero cubrirme los ojos antes de que salgas

—Ya, voy a salir—Aviso antes de abrir la puerta.

Salgo del baño y Nicoll está sentada en la cama con las dos manos cubriéndose los ojos.

Respiro profundo y me coloco enfrente de ella y me entra algo de miedo al ver su reacción cuando se quite las manos.

—¿Ya puedo ver? —Cuestiona con una sonrisa que me da mucho confort.

—Si ya puedes ver—Digo en un tono bajo.

Ella se quita las manos de la cara y me mira. Su expresión cambia totalmente, me mira con los ojos bien abiertos y su quijada casi llega al suelo.

—¿¡Que!?—Digo pero ella no responde —Di algo por favor—Suplico ya arta de su silencio.

Antes estaba hablando como una cotorra y ahora se quedó muda.

—¡NO MAMES! Rachell por Dios... ¡Te ves divina! Me has dejado sin palabras... Ese vestido te queda perfecto—Ella me da giros, me mira de arriba hacia abajo y no dejo de avergonzarme por cada alago que me da. Mis mejillas arden como el demonio.¿Acaso si me veo bien?
—Ahora arreglaremos ese nido que tienes llamado pelo y a maquillarte— Se burla para despues correr hasta su bolso y veo como saca otro pequeño, para luego jalarme de la muñeca y sentarme en la peinadora.

Empieza a buscar brochas, sombras, labiales y otras cosas. Admito que me esta dando un poco de miedo con lo que Nicoll me está haciendo tanto en la cara como en el pelo, también esas sonrisas ladeada que me da menos me deja tranquila, pero confío en que ella no hara un desastre en mi.

Creo...

-— Y listo, ¡Termine!—Nicoll se me queda mirando.

—¿Ya puedo verme?

—¡¡Ooooh por dios!! Quedaste hermosa Rachell, no lo puedo creer— Expresa ella demasiado alegre. Me agarra de la muñeca y antes de ponerme enfrente del espejo me tapa los ojos con cuidado de no arruinar el maquillaje.

La estrella más brillante del cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora