- Mi Bendición.

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ENZULIAN 

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ENZULIAN 

Enzo Fernandez y Julian Alvarez 

El sol se ponía en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos que reflejaban la melancolía de la mañana. Julian contemplaba el amanecer desde el balcón de su apartamento, sumido en pensamientos profundos, intentando disfrutar de esa fría mañana.

La vida le había enseñado a ser agradecido por las cosas que le pasaban, sin importar si eran buenas o no. Agradecía mayormente sus bendiciones y todas las cosas que le enseñaron a ser quien es hoy en día, y en ese momento, recordaba con cariño a alguien que había sido una bendición inesperada.

Estando sentado en el sofá que se encontraba en su balcón, frente al dichoso atardecer, cubierto de mantas y cojines, observó la fotografía que tenía en las manos, ambos protagonistas del retrato sonreían con despreocupación, sin pensar mucho en el futuro o en las cosas que podrían pasar más adelante.

Aquella persona, cuya entrada en su vida fue como un cometa brillante, le había regalado momentos que atesoraría por siempre. Lo ayudó a crecer, a ser más fuerte, pero a la vez más amable, le regaló sonrisas y arrebato tristezas, había sido la luz en medio de su oscuridad. Y Julián siempre le agradecería todo, hasta el final de sus días.

El recuerdo de su presencia era como un cuento que no quería llegar a su fin.

"Sos ese cuento del que no quiero saber el final".

Julian suspiró pesadamente, sintiendo una mezcla de gratitud y nostalgia. Recordaba las risas compartidas, las conversaciones profundas, y cómo aquel individuo se llevó todo el sufrimiento de su vida.

Su vida, con su fealdad y su pasado lleno de ansiedades, parecía más llevadera cuando él estaba presente, sabiendo que con una sola sonrisa se llevaba todos sus males, por más mínimos que fuesen.

Pero había algo en la conexión con aquella bendición que aliviaba las cargas y hacía que todo fuera más soportable.

Levantó la vista de la foto y volvió a posarla en el pronto amanecer y en los distintos tonos de colores que se asomaban cada vez más. Julian seguía mirando al horizonte, recordando todo y a la vez nada, el sentimiento estaba ahí y él sabía que nunca se hiria.

Enzo había llegado a su vida cuando solo tenía quince años, y había llegado a cambiarla y mejorarla.

Se habían conocido en una de esas tantas prácticas de fútbol del colegio, al parecer Enzo era nuevo y no conocía a nadie, pero Julián, como el buen extrovertido que es, se le acercó y rápidamente lo integró a su grupo sin pensarlo. Todos se llevaron bien con Enzo desde el primer momento, era como aquello que le faltaba al grupo, pero nadie negará que con Julián había sido diferente, su conexión siempre fue más fuerte, más profunda...

Se volvieron amigos desde el día uno, y con el tiempo eso cambió, y de una manera muy drástica para el gusto de Juli. Enzo había sido su ancla en medio de la tormenta, un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, la tierra podía ofrecer consuelo y esperanza.

Salió de sus pensamientos al escuchar como la puerta de cristal del balcón era abierta y una cabeza se asomaba por ella.

Y ahí estaba él, sin camisa, con solo unos pantalones de pijama y con su cara de recién despierto, mirándolo de esa manera y con esa sonrisa que lo volvía loco.

— ¿Qué haces despierto tan temprano, amor? — preguntó el recién despierto con voz ronca acercándose a donde estaba su Esposo.

— S-solo estaba esperando el amanecer. — dijo mientras se acomodaba para dejar al otro sentarse y dejarlo acomodarse detrás de su cuerpo, pegando pecho y espalda. Se acomodo mejor y suspiro al sentir la calidez del cuerpo contrario. — sabes que amo verlo, y no podía dormir, estaba pensando algunas cosas.

— ¿Quieres hablar de eso, corazón?. — dijo el peliblanco mientras se acomodaba y pasaba sus brazos por la cintura del contrario. — Si es algo que te molesta podemos hablarlo si quieres, precioso. Además debiste despertarme también, así veíamos el amanecer juntos y te hacía compañía. — termino de decir haciendo un mini puchero inconscientemente.

Julian quiso besarlo.

Y lo hizo.

— No te preocupes, enzu, no es nada malo, solo ... — Se giró antes de continuar hablando para poder mirar al otro a los ojos. — Estaba pensando en lo mucho que te amo, y lo agradecido que estoy por todo contigo, y más con el mundo por ponerte en mi camino hace tantos años.

Enzo solo sonrió y lo beso, lo beso como cada mañana, demostrando su amor incondicional, sacándole suspiros y robándole el aliento.

— Yo tambien te amo, juli, como no tenes idea, y también agradezco a la vida y al universo o a cualquier ser supremo que se encuentre allá arriba por ponerte en mi camino, sos lo que mas amo en el mundo, y siempre sera asi. — Dijo cuando se separó del beso, mirando a Julian con ojos de amor, y viendo como el otro lo miraba de la misma manera.

En serio se amaban, y mucho.

— ¿Qué tal si nos quedamos acá en la habitación el día completo?. — dijo Enzo después de un rato. — Ninguno tiene entrenamiento por lo que resta de la semana. Además de que podemos hacer lo que quieras, amor. Vemos películas de las que te gustan, pedimos toda la comida que quieras y nos acurrucamos hasta el día siguiente. — finalizó con un suspiro al imaginarse todo lo que acababa de proponer.

Julian soltó una pequeña risa antes de dejar un casto beso en los labios del contrario. — Acepto su propuesta señor Fernández, con todo el honor del mundo.

— Bueno señor Fernández, volvamos a la camita otro rato más. — Esta vez fue enzo que hablo, mientras se levantaba con todo y Julian sobre él para dirigirse de vuelta a la habitación.

Ambos pasaron su día como Enzo lo había propuesto, riendo, comiendo, y acurrucados.

Y tal vez Julian deba volver por esa foto al balcón que dejó tirada sobre el sofá para enmarcarla.

La noche cayó lentamente, dejando atrás al amanecer, pero en el corazón de Julian, la gratitud por aquella bendición perduraban. Sabía que algunas historias de amor pueden no tener un final agradable, pero estaba agradecido de que la suya fuera completamente diferente a esas. 

Fuiste una bendición, me queda agradecer

Sos ese cuento del que no quiero saber el final

Ese cometa que tuve suerte de presenciar

El mundo es feo y su pasado provocó ansiedad

Mira al infierno pero en tierra

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꩜ ៸៸ M.A.I  ꩜ ៸៸ fútbol one shots!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora