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Este iba a ser el verano más largo de su vida.

Estar alejado de sus tres mejores amigos lo que restaba de las vacaciones era peor de lo que había imaginado. Una semana había transcurrido apenas y ya sentía que la locura lo carcomía por completo, el aburrimiento era tan latente y el calor abrumante no ayudaba para nada.

Si no fuera por el nuevo vecino,justo al frente de su casa, ya estaría en un cuarto de psiquiátrico.

El chico nuevo se mudó justo un día después de que sus amigos fueran internados a un campamento deportivo.

Ni siquiera quería discutir el hecho de que no le dejaron ir al campamento por culpa de su hermana.

"Si Giselle no saldrá de casa en el verano, entonces tú tampoco" bufa ante el agrio recuerdo.

Justo cuando Jake juró que, literalmente, no sobreviviría al eterno verano, un camión de mudanzas se detuvo en frente de la casa al otro lado de la calle.

Naturalmente sintió curiosidad, así que, con un helado, se sentó en su habitación a mirar como transportaban las cosas de los nuevos vecinos dentro de aquella  casa.

Luego de unos largos minutos, metió una gran cucharada de helado de chocolate a su boca y, por un corto momento olvidó sacarla, hasta que sintió que su lengua,en conjunto a su cerebro, se congelaban. Eso no era porque fuera estúpido y no supiera comer como una persona normal. Fue porque un hermoso Roll Royce, se hizo paso y se detuvo junto a la acera de la casa.

No es que Jake no supiera de autos o que nunca haya visto algunos de lujo,pero ¿Un Rolls Royce? Eso ya era avaricia, tomando en cuenta la clase de vecindario en el que estaban, en donde la mayoría de personas acostumbraban a manejar camionetas y autos pequeños, era demasiada clase.

Esperó unos minutos con la boca semi abierta para ver qué tipo de personas manejaban ese gran auto. Una mujer que encajaba exactamente con el estereotipo de tía rica salió del coche. Era súper delgada, con el cabello negro y lacio cayendo como cascada por su esbelta espalda. A leguas, se notaba que la ropa que traía puesta era de diseñador, y de uno muy caro. Traía un audífono inalámbrico en uno de sus oídos. Parecía exactamente un personaje de película.

Luego, de unos minutos, él salió del auto y Jake sintió como si su estómago se contragiera y volviera a la normalidad.

Oh mi Dios.

Tenía cabello negro azabache enmarañado, tan desordenado como el propio de Jake cuando llevaba días sin bañarse, excepto que parece que ese estilo lo tenía a propósito aquel chico. Le caía sobre los ojos, haciéndolo lucir misterioso, y era muy alto. Definitivamente tan alto como los jugadores de baloncesto.

Tan malditamente guapo.

“Okey Jake, cálmate”

Se veía delgado, pero se podía ver la definición de su abdomen debajo de su ajustada camiseta.Lo que le hacía lucir exactamente como un modelo de Prada, convirtiéndolo así, en el chico más sexy que Jake ha visto en su corta vida. Tan sexy que Jake ya podía sentir que se sonrojaba de solo mirarlo, y de lejitos.

Y eso fue todo lo que Sim Jake hizo durante la primera semana. Mirarlo.

Ya que, literalmente, era su única forma de distraerse, se había obsesionado solo un poco con observarlo desde la comodidad de su habitación.

Y, a decir verdad, era el entretenimiento más excitante de cualquier modo, junto a su perra Layla y sus juegos de vídeo acompañándole. Con la gran vista que tenía en frente.

Su vecino ejercitándose en su garaje.

“Jake, ¿Qué estás haciendo con tu vida”

Ni sabía.

𝙎𝘌𝙍𝙄𝘼𝙇 𝙆𝙄𝙇𝙇𝘌𝙍🂱𝘏𝘌𝘌𝘑𝘈𝘒𝘌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora