Avanzando su sonido

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Como siempre el día tan caluroso en Fuyuki ocupaba el mayor aburrimiento en la vida del ser humano, pero el trabajo cotidiano nunca se detenía.

Y él tampoco.

—¿Por qué no mejor lo dejas claro señorita enfermera? —habló Shirou tirado en la camilla atado sus extremidades en las cuatro esquinas—, esto no es solo un examen médico solo para comprobar que tengo sida.

—No, claro que no lo es —respondió la enfermera colocando en su lugar la jeringuilla—, es para comprobar su salud con respecto a la presión de sus vasos sanguíneos cada vez que proyecta un noble phantasm de alto rango.

—Vaya excusa más mediocre Sakura —dijo el peliblanco rodando los ojos hacia un lado—, si tan solo quieres un pedazo de mí, tan solo pide y te daré las veces que quieras.

La enfermera conocida como Sakura Matou, trabajadora del hospital de Fuyuki con unos diecinueve años de edad y con ello.

Unos buenos atributos a los ojos del peliblanco, sonrió ante las palabras de su primer amor con cariño hasta tornarse en una más tenebrosa con unos curiosos zarcillos negros detrás de ella.

—Sempai… —dijo soltando un suspiro—, estoy contenta de ser deseada de esa manera; sin embargo necesitas controlar ese lado lujurioso tuyo.

—Bueno, tú te lo pierdes —dijo con lamento fingido el peliblanco.

—Aunque me gustaría hacerlo ahora Sempai, necesito diagnosticarte para saber si estas en mejores condiciones —dijo Sakura anotando en un tablero—, hace como tres días antes llegaste con la temperatura alta y eso no es algo común conociéndonos desde la secundaria.

—Bueno… —cerró tranquilo los ojos Shirou recordando la batalla con aquella madre primordial del mar—, tuve un trabajo en Irak que me llevó a contraer fiebre alta debido al calor que hacía allí.

—Ya veo… pero deberías de tener más cuidado a la próxima —dijo Sakura cariñosamente acercándose al peliblanco—, recuerda que en estos tiempos ya nada es seguro.

—Lo que no te mata, te hace más fuerte —sonrió con confianza Shirou.

–Buen punto, pero eso solo lo dirá el tiempo —respondió Sakura mientras desataba las cuerdas que ataban al peliblanco—, por cierto… ¿volverás a Londres verdad?

—Sí, ¿necesitas que te ayude con algo? —preguntó Shirou levantándose de la camilla.

—Si no es mucha molestia, necesito que entregues esto a Rin —dijo la chica dejando en sus manos un sobre blanco—, al parecer creo que esto es importante para ella.

—¿Hm, qué es lo que tiene dentro? —preguntó el peliblanco curioso con la caja levantada.

—Ni yo misma lo sé, pero la licenciada Hortensia me pidió que no lo leyera —suspiró Sakura.

—Ya veo… entonces esperaré mis resultados para el siguiente mes —dijo Shirou poniéndose la gabardina y recibiendo el sobre—, cuídate hasta entonces Sakura.

—Igualmente espero que hagas lo mismo sempai —sonrió Sakura hacia su primer amor.

Debería decir que se sintió triste al haber rechazado aquella oferta del peliblanco, pero había varios pacientes con problemas mentales que primero debía de encargarse y debía de ayudar.

Ya que eso era su trabajo y  a la vez la agotaba tanto física como mentalmente.

Viendo como el peliblanco salió del cuarto, tomó el tablero y junto al carrito que contenía medicamentos se dirigió a la farmacia.

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2023 ⏰

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