The Weight of Your Wishes (Yeongyu)

DOS

YEONJUN

No me sorprendió que Nayeon hubiera llamado.

Llamaba con cierta frecuencia, normalmente una vez al mes aproximadamente. Por lo general, me informa sobre su relación actual, su drama laboral y Beomgyu.

Me preocupo por Nayeon, pero es por él por quien me quedo. Si no fuera por él, nuestra amistad probablemente se habría hundido hace mucho tiempo. No es ningún secreto que no puedo mantener una amistad o relación para salvar mi maldita vida. Lo que me sorprendió, sin embargo, fue que ella quería que yo me quedara con el niño durante el verano, y qué... ¿darle una lección? Sus palabras exactas fueron: "Enséñale a ser un hombre".

Me burlé de eso pero acepté sin dudarlo. Ella siempre ha sido demasiado dura con él, pero es cierto que últimamente la está jodiendo. En el pasado, intenté salir en su defensa, pero ¿qué puedo decir al respecto? Reprobó la universidad, perdió su ayuda financiera, condució en estado de ebriedad...

Me acomodo en mi asiento. No recuerdo que los viajes largos me hicieran doler tanto la espalda, pero después de cuatro horas, estoy más que agradecido de por fin estar viendo la casa de Nayeon. El exterior de color verde pálido hace que sea difícil pasarlo por alto, incluso a través de mis ojos cansados. Después de estacionar mi camioneta y apagar los faros, me rasco la barba y suspiro. La última vez que vi al niño fue en su graduación de la escuela secundaria y duró poco.

Estaba más preocupado por llegar a la fiesta de su amigo. Estaba nervioso. Estábamos en medio de la multitud de familias que felicitaban a sus hijos por sus logros en la vida, y los ojos de Beomgyu revoloteaban de persona en persona, encontrando la mirada de todos excepto la mía. Solíamos tener una especie de conexión telepática cuando él era niño.

Fue producto de que él no sentía que podía expresarle sus verdaderos pensamientos y sentimientos a Nayeon. Él me miraba y yo hablaba por él. Que me evitara ese día fue inusual, pero no puedo culparlo. Supongo que me salté algunos de los años más importantes de su "vida". Pensé que no importaba porque él era mayor y su madre se recuperó y comenzó a ser una adulta responsable. ¿Para qué me necesitaban más?

Me froto la cara con la mano y abro la puerta de mi camioneta. En primer lugar, no sé por qué compré esta estúpida camioneta nueva. Mi viejo hizo el trabajo muy bien. Antes de que pueda orientarme, la puerta de entrada a la casa se abre y sale Nayeon. Tiene los brazos cruzados sobre el pecho y puedo ver la forma en que sus cejas están fruncidas desde aquí.—Él no está contento con esto.—advierte. Mentiría si dijera que no me molesto ni un poco, pero escondo mi estremecimiento.—Bueno, qué diablos, Nayeon. Me hiciste conducir hasta aquí.

—Oh, definitivamente irá contigo.—Sacudo la cabeza, pero agarro mi bolsa de lona del asiento y me dirijo hacia el camino de entrada. Esto simplemente no me sienta bien. Tiene veintiún años y debería poder tomar estas decisiones por sí mismo.

A la débil luz parpadeante de su porche, las arrugas de su frente y alrededor de sus ojos se vuelven más pronunciadas. Es difícil ignorar cuánto ha cambiado en los últimos veinte años. Es demasiado joven para parecer tan agobiada y agotada, pero supongo que eso es lo que te hará luchar por la vida con un niño si lo permites.

—¿Ahora estás haciendo todo eso del leñador barbudo?.—Ella se ríe, rompiendo su comportamiento quisquilloso. Le doy una mirada en blanco y paso junto a ella, hacia la casa.—¿Un moño de hombre también? Jesús, Yeonjun.

—¿Y qué pasa si no quiero conducir hasta la ciudad para cortarme el pelo todos los meses?.—Me encojo de hombros. Parecía más sereno cuando mi papá todavía estaba presente. Pensaba que el cabello de un hombre debería estar muy corto y el rostro liso; no importaba que fuéramos trabajadores de la construcción sucios; todavía necesitábamos estar bien arreglados. Mis cejas se fruncen mientras me deshago del "pensamiento". Es molesto cómo ciertas cosas todavía me recuerdan a él.