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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 56

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"Esta bien."

"Gastemos un poco más". Instó, queriendo mimar más a su esposa.

Aunque Adele quería 'actuar como su esposa', todavía no estaba acostumbrada a este tipo de trato y se sentía tímida.

"Eso es suficiente para mi."

"¿Está seguro? ¿No quieres nada más?”

Adela negó con la cabeza.

Noah la miró divertido. Estaba encantado de que su pequeña esposa, que no codiciaba el lujo, le pidiera que le comprara algo.

Si fuera posible, a él realmente le gustaría comprar más de esto y aquello, pero el único problema era que ella no quería nada.

“Tsk. Es muy difícil ganarse el corazón de la duquesa”.

"Te lo dije, ya es suficiente para mí".

Pero en su opinión, eso no era suficiente. Ella era su esposa, por lo que merecía lo mejor que el mundo podía ofrecer.

Él ya tenía suficiente riqueza para malcriarla.

Chasqueando la lengua interiormente con pesar, besó las orejas rojas de Adele.

"Dime si necesitas algo más".

Adele retrocedió y asintió: "Gracias".

"Cualquier cosa por ti."

Adele quería recordarle que estaban afuera, pero su corazón latía con tanta fuerza ante sus dulces palabras que ni siquiera podía formar una oración coherente. Entonces, ella silenciosamente le permitió besarla.

Los labios de Noah recorrieron sus orejas, su frente, sus mejillas y el puente de su nariz.

Cuando finalmente llegó a sus labios, los presionó formando una fina línea, escondiéndolos dentro de su boca. Él se echó a reír ante sus acciones. Parecía una ardilla listada con las mejillas hinchadas.

"¿Por qué eres tan tímida? Ya somos una pareja casada”.

“Estamos afuera…”

“Entonces regresemos al castillo”.

Apoyándose en Noah, Adele fue guiada por él y se dirigió hacia la puerta. Lina lo siguió, sonriendo estúpidamente mientras sostenía un joyero.

Al salir de la tienda, Philip los vio y suspiró profundamente.

"Comandante, hay algo que necesito informar".

Noah frunció el ceño, disgustado por la repentina interrupción, pero no tuvo más remedio que soltar a Adele y caminar hacia su subordinado. Al escuchar el susurro de Philip, se frotó las sienes.

Adele no sabía lo que estaba pasando, pero parecía que había ocurrido algo urgente. Noah se dio vuelta y se acercó a ella. Una mano cálida tocó sus mejillas rojizas.

“¿Aún te quedas aquí para mirar a tu alrededor?”

"Sí, ha pasado mucho tiempo desde que salí".

"Entonces vendré a recogerte más tarde".

"Ah, okey."

Noah levantó una ceja ante la respuesta ligeramente tímida de Adele: "Me siento incómodo al escuchar una respuesta tan débil".

“¿Hmm?”

"Haré que un caballero te siga".

A Adele no le gustó eso y razonó: "No volverá a suceder".