II

2 0 0
                                    


ARABELLA's POV

Mis párpados se alzaron pesadamente, mi cabeza latía, rindiendo homenaje a la resaca que nublaba mis recuerdos de la noche anterior. La habitación era un espacio desconocido, solo iluminado por la débil luz de una lámpara de noche. Parpadeé repetidamente, tratando de adaptar mis ojos a la escasa luminosidad. Observe todo el panorama y a mi lado, estaba Damon, sosteniendo con cuidado un hielo sobre su ojo derecho, un arcoíris de tonalidades moradas y rojos atravesando su piel, salpicados con manchas de sangre y pequeñas cortaduras.

—¿Qué diablos ha pasado?— mi voz, todavía adormilada, se precipitó en la oscuridad, mientras Damon se acercaba con una preocupación palpable.

Se sentó a mi lado, un atisbo de dolor destellando a través de sus ojos. —Tuvimos una noche interesante, para decir lo menos— murmuró Damon en su tono sarcástico habitual, mientras sus labios se curvaban en una sonrisa forzada.

—¿Interesante es quedarse corto, no crees?— respondí, mis ojos fijos en la herida que desfiguraba su rostro. —Damon, ¿qué pasó?— Mis palabras escaparon, llenas de ansiedad.

Entre suspiros, Damon comenzó a relatar la cadena de eventos: nuestra reunion de drogas y hierba se vio interrumpida por la intrusión de Timothée, el es prefecto y según las palabras de Damon, alguien nos había reportado por tener sustancias ilícitas, lo que es totalmente ridículo porque la hierba muggle es algo que casi nadie
conoce aquí, y los que la conocen es porque la consumen así que no creo que sean tan idiotas como para ponernos en riesgo a todos, el chiste es que Damon trato de echarlo para que yo no lo viera y por alguna razón que ni el mismo recuerda termino golpeándolo, le hirió el ojo, la espalda y también la parte izquierda del abdomen. —¡Vaya noche, eh?— Damon intentó aligerar el ambiente, su habitual tono de sarcasmo apenas ocultando el dolor.

—Damon, lo siento tanto— mis palabras brotaron con urgencia, el peso de la culpa aplastando mi pecho. —No fue mi intención...—

—No te preocupes, Bella— me interrumpió, sus ojos encontrando los míos con complicidad. —No es tu culpa. Simplemente... cosas que suceden.

—¿Puedo hacer algo?— ofrecí, deseando desesperadamente aliviar su malestar.

—Con que sigas pasándome las tareas es suficiente, cariño— respondió Damon con una sonrisa suave.

NARRADOR OMNISCIENTE

El sol apenas comenzaba a asomarse por las ventanas de Hogwarts cuando Arabella Baskerville, aún sintiéndose pesada por la resaca de la noche anterior, se encaminó hacia su clase de pociones. Sin embargo, su marcha fue interrumpida por la presencia vivaz de los gemelos Weasley; Fred y George, que se aproximaron a ella con su típica actitud juguetona.

—¡Pero si es mi rubia favorita! —saludó Fred, pasando su brazo por los hombros de la joven.

—¡Hola, hola!—George se unió al abrazo, adoptando el otro lado de su hombro. —¿Cómo estás hoy, Bella?

Arabella no pudo evitar una risa ante la alegría contagiosa de los gemelos. —¿Qué andan tramando esta vez?

Fred soltó una carcajada. —Oh, escucha esto, hicimos unas golosinas que al comerlas te inflas como globo. —explicó el pelirrojo, sus ojos claros brillaron por la emoción. —

—Y escucha la mejor parte. —George alzó las cejas. — no solo te inflas como uno, te conviertes en uno, literalmente te haces ligero y comienzas a levitar.

—Bueno, tenían razón cuando dijeron que los dulces weasley son solo para los valientes. — respondió -Arabella, riendo. —¿y que tal sus vacaciones chicos?

SEX & CIGARETTES; D.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora