By Tom.

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Se escucha el motor rugir antes de que el gran Cadillac avance una gran velocidad hacía la carretera, dejando a su hermano gemelo atrás en una casa llena de recuerdos.

Dejando a el Muñeco atrás.

Un sabor agridulce se instala en la boca de Tom provocando hacer unas muecas de desagrado. En el fondo sabia a que se debía pero simplemente no lo quería aceptar.
──Pff, esto será pan comido. Volveré a mi vida de antes en Sttugart y yá.── Tom habla solo mientras enciende un cigarro y emprende viaje hacía su casa, necesita descansar tanto mental como físicamente.

──Que equivocado estas, Tom.

──Puto muñeco de mierda, volviste..

By Tom

El muñeco volvió a aparecer, después de un año sin verlo, aquí estaba, a mi lado sentando muy tranquilo en el asiento de el copiloto, mirando por la ventana con sus ojos abotonados y sus brazos tejidos. Antes tenía un cabello largo y liso, ahora tiene ¿Rastas?

──Vete, gilipollas. No te quiero ver, ¿Por qué volviste?
El muñeco simplemente rio macabramente y siguió disfrutando de el aire chocando contra su rostro lleno de cicatrices.

Durante las seis horas de viaje desde Hamburgo hacia Sttugart tuve una presión en el estómago y garganta que me tenía bastante incómodo, sumando la presencia de el asqueroso muñeco que se reía como desgraciado. Sabía a que se debía pero no le di importancia.
Fui directamente a casa, no tenía tiempo para nada más. Necesitaba dormir con gran urgencia.

Estacione perfectamente el Cadillac y lo aseguré muy bien, claramente a nadie se le pasaría por la cabeza robarle a el capitán de los bajos, y muchas ganas menos tendrían después de mi reciente azaña.
──Mejor prevenir que lamentar.── Mire mi preciado auto antes de introducir la llave en la puerta cuando me dí cuenta de lo que dije, esa frase se me pego de Bill.

El muñeco se volvió a reir, y con más fuerza. Y el nudo volvió a aparecer, pero esta vez también en mi mente. Pero no le dí importancia.

Gire la llave y entre a la casa, vaya que han cambiado las cosas. Hace un par de años al entrar a esta casa era más suciedad que estructura, pero ahora esta perfectamente limpia desprendiendo olor a aromatizante y brillando absolutamente todo.
Bill, antes de irnos limpio todo...
──Joder, Bill de nuevo. ── Sinceramente me llene de rabia al recordar a Bill tan continuamente. El muñeco fue corriendo hacia la cocina y el patio, no le di más importancia a ese gilipollas.

Me quite los zapatos y la gorra y los deje tirados, no tengo cabeza para dejarlos en su lugar. Subí a mi habitación y lo primero que hice fue tirarme en mi cama, mi preciada cama.
Cuando esta a punto de tocar el colchón suave de mi camita sentí unos rasguños que venían de la puerta la cocina, me puse alerta inmediatamente y baje con sigilo y con mi navaja en mano para ver que mierda sucedía. Cuando llegue a la cocina y abrí la puerta, Nada, decidí revisar el patio y al abrir la puerta estaba parado el muñeco junto a..

──¡Mierda! Joder Guetti, me asustas...

¿Guetti?

¡MIERDA, QUE ES SCOTTY!

El perro salta sobre mi y empieza a morder mis anchos pantalones e intentar que lo tome en mis brazos.
──¡Coño! ¿Que haces tú, puto perro en mi casa? Se supone que debes estar con tu amo.
El perro este me ladro tan fuerte que casi me revienta los tímpanos. Creo que se ha enojado...
──¡Joder! Cállate, que me duelen los oidos mierda. ── El perro este ladra con más ganas y se pone en esa pose chula que tiene, de defensa.

──Ni que te fuera a golpear, Gilipollas. ── Voy a el salón a acostarme en el sofá y a procesar todo.
Con el apuro que teníamos con Bill se nos ha olvidado el perro, suena estúpido y lo sé. Y lo peor es que ahora tendré que cuidar a este puto perro hasta que todo pase, como dijo Bill.

Muñeco 5: Muñeco Recuperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora