9. Valar Morghulis. (Editado)

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—Oye, Alec.

—Dime, Felix.

—Aro nos ha mandando a llamar.

—Voy en un momento.

Salí de el salón donde me encontraba segundos después que Felix me abandonó.

Al entrar a el salón donde se encontraba Aro junto a Marco y Caius vi a la mayoría de los miembros de la guardia permanente. Entre ellos Jane, Amelie, Hunter, Hailey, Felix, Renata, Demetri y Chelsea.

—Por fin estamos todos. —Exclamó Caius.

—Empezaré con lo primordial... ¿Conocen la isla de Jersey?

La mayoría asintió confundido, ¿Que importa esa isla? No habían más que unos cuantos humanos.

—Hace unos días un buen amigo mío me informó sobre la creación de un neófito en esa isla. Al parecer su creador no le informó sobre los deberes y leyes de nuestra dictadura. —Nos miró fijamente. —Está mañana hemos recibido un nuevo avance sobre la isla, se están descontrolando y cada vez son más los neófitos. No están obligando a tomar una decisión.

—¿Cual fue el nuevo avance? —Preguntó, Amelie.

—La mayoría de la población está muerta o son neófitos, pobre de los países limítrofes si logran atravesar el mar. Su ejecución será inmediata de ser así.

—¿Que sugieres hacer, Maestro? —Preguntó Felix.

—Buena pregunta... necesitamos estar seguros en como llevaremos a cabo esta situación.

—Deberíamos darles tiempo para ver cuáles son los cambios.

—Es un buen punto, Jane.

—Le daremos unas semanas más... de empeoras mandaré a un pequeño grupo de la guardia a acabar con ellos.

Salimos de el salón para comenzar a prepararnos para el el día de San Marco.

—¿Crees que se salgan de control los neófitos?

—Realmenre no lo se, todos hemos sido neoftitos en algún momento pero tuvimos a nuestros creadores para controlar el cambio. A ellos nadie les ha enseñado que hacer, se creen invensibles y en cierta parte intocables. No saben que existe una jerarquía y leyes las cuales tienen que seguir.

Le dije todo eso pero en mi interior, realmente pensaba que no era una excusa que hicieron eso.

—¿Que harás ahora? —Me preguntó divertida.

—Iba a ir a cambiarme...

—¿Quieres cambiarme tu a mi? —Me solto de la nada y la miré divertido.

—Sabes que siempre.

Llegamos a la habitación en un segundo y sonreí al ver como comenzó a quitar la capa con desesperación.

Amaba estos días.

(...)

Salí de la habitación ya casi oscureciendo cuando quise ir a hablar con Aro.

Entre al salón para encontrarme a Aro, Marco y Caius con ellos estaba Renata, pegada a Aro como siempre.

—Maestro... —Murmure mirando al suelo.

—Alec, pasa, hijo mío.

—¿Que pasará si los neófitos siguen rompiendo las reglas? Se que estuve de parte de Jane pero ahora no pienso eso, si ellos dan un paso en falso los humanos sabran de nosotros.

—¿Ahora estas de acuerdo en marchar allí para acabarlos?

—Siempre lo he estado.

—Estoy seguro que mandaremos a parte de la guardia antes de que ellos se de cuenta que pueden cruzar el océano que nos separa.

—Son neófitos, muchos neófitos. Nesesitas mandar a los mejores a acabarlos.

—Todos nosotros solos invencibles.

—¿Nunca has pensado en la caída de la guardia?

—Ni en mis visiones más horrendas. Somos los vampiros más fuertes que jamás se había visto en todos los tiempos, Alec.

Me señaló con las manos que saliera de la sala pero antes de salir recordé porque venía realmente.

—Quería decir otra cosa.

—Habla.

—Al acabar las amenazas de la isla quiero tomar otras vacaciones junto a Amelie.

—¿A donde planeas ir? —Sonreí con inocencia fingida.

—Forks. Queremos ir a Forks.

—Me parece perfectos, así podrían darle saludos de mi parte a Carlisle.

—Si, Amelie quiere verlos, ellos la ayudaron mucho cuando estuvo embarazada.

—Lo se... tratare de resolver lo antes posible el asunto de la isla.

—Gracias, maestro.

Salí de el salón para encontrarme a Hunter caminando a escondidas con una humana que a leguas se notaba que estaba bajo los efectos de el alcohol.

—¿Se puede saber que es lo qué haces? —Hunter se giró sorprendido pero al ver que era yo volvió a tomar una compostura relajada.

—No se puede saber, padre.

—No puedes tomar a una humana cada vez que quieres, Hunter.

—Aro puede.

—Aro es uno de los líderes de los Vulturi y su guardia.

—Ese no es el punto, si el puede, yo también.

Negué furioso pero me alejé al sentir como mis emociones comenzaron a salir a flote.

—¡Controla tu don! —Grite sacándome de mi bien humor.

—¡Aléjate de mi!

Comencé a caminar lejos de el para poder ser capaz de controlar mis emociones y funcionó.

—Escuché que alguien gritó. —me hablo Amelie al verme.

—Hunter consumiendo mi buen humor.

—Discúlpalo, aún no sabe controlarse perfectamente.

—Lo entiendo... pero no puede seguir saliendo como si nada fuera de el castillo. Aún ni siquiera comienza el día de San Marcos.

—Healey y el están acostumbrados a salir a escondidas, no pasará nada.

—Si Aro se entera es capaz de condenarlos.

—Confía en que no los descubrirán.

—Es mi ruego más grande.

Voten si les gusto (;

La gran familia VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora