10. Valar Dohaeris. (Editado)

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—Los mande a llamar nuevamente para informarle que Isla de Jersey se considera libre de jumanos... los neófitos están buscando la manera de salir de allí. Pronto se darán cuenta que pueden cruzar el mar.

—¿¡En dos dias!? —Me tape el rostro sorprendida.

—Así es, mi querida Amelie.

—En pocas horas una pequeña parte de la guardia saldrá a aniquilarlos.

—¿A quienes mandarás, maestro?

—Hasta ahora Jane, Alec, Demetri y Felix, talvez tu quieras incluirte.

—No... de necesitar más ayuda iré pero me quedaré con mis hijos mientras Alec va.

—¿Necesitas algo más?

—Por nada de el mundo deje que mis hijos salgan de el castillo para pelear. Son neófitos... poderosos.

Mientras tanto horas después Hunter ya se había escapado de el castillo para buscar otra humana.

—¡Demonios! —Gruñi cerrando los ojos al sentir como esa chica me cabalgaba. De echo, cerrar los ojos fue una mala idea... mis sentidos se agudizaron y comencé a sentir su corazón deprisa, su sangre bombeando con fuerza... perdi la razón.

—¿Esos son colmillos...? —Me pregunto dudosa mientras paraba.

—Que pregunta... no son colmillos. —Sonrei cínico.

Sin pensarlo pegue los dientes a su cuello y la mordí antes de escucharla gritar desesperada.

—¡Por favor!¡No me hagas nada!

Succione un poco más hasta sentir como tocaron la puerta.

—¿Quien?

—Aro nos llama... está planeando el ataque. —Me contestó Harley. —¿Vienes?

—Dame un segundo.

Solté a la humana, aun débil y viva. Me puse una capa negra y salí de la habitación con Harley para ir al salón.

Harley y yo fuimos los últimos en llegar y vi todos los rostros tensos, si no los conociera diría que estaban asustados.

—Ya que están todos aquí comenzaré con la reunión. No podemos permitir que los neófitos toquen otras fronteras... nuestro secreto saldrá a la luz. Se procederá a matar a los neófitos tanto como al creador de el primero. Se mandará a la guardia regular... con eso declaró que Jane, Alec, Demetri y Felix son los que Iran. —Resople al comprobar que como siempre, no me elegirían.

Mi don realmente no eran de mucha ayuda... solo destruía cualquier tipo de afecto de las personas para que sus mentes pensaran que estaban atacandolos y los inducía a un pequeño mal humor que hacía desastres.

—¿Por que no se les da un pequeño chance?

—Me sorprende, Jane. Sabes bien más que nadie que los Vulturi no dan segunda oportunidades.

—¿No mandarías a nadie más? —Preguntó Caius. Deberías mandar a unos cuentos más.

—Chelsea... ella podría ir. —Mi madre recomendó y negué incrédulo. Chelsea y yo casi teníamos el mismo don.

—Está dicho... Jane, Alec, Demetri y Felix junto a Chelsea. Ellos irán y si en tres dias no tenemos respuesta mandaremos a nuestra guardia.

Resople saliendo de el salón, Harley iba detrás mío.

—No puedo creer que hace las de 300 años que estamos en la guardia y jamás, ¡Jamás! Hayamos podido hacer ninguna misión. Hemos salido mucho de Italia pero casi siempre son excursiones familiares... la boda de nuestros padres pero nada más. —Le gruñó molesto.

—¿Crees que madre tuvo que ver con que no nos mandaran a la isla?

—Por supuesto... ¿Quien más si no? —Camine a mi habitación molesto y furioso dejando a Hasley atrás.

Al entrar a la habitación pude ver que la ropa de la humana seguía en el suelo y había mucha sangre por por todas partes... pobre, se estaba desangrando. Toque la puerta de el baño para hacerla asustar.

Ella solo dos opciones... o se tiraba por la ventana y caía muerta o... salía y moria por mi. También podría quedarse en el baño y morir desangrada lentamente pero hoy era su día de suerte. No iba a dejar que sufriera más, iba a terminar mi cena de de una vez por todas.

Patee la puerta con fuerza y sonreí como psicopatía. Ella al verme lloro con las fuerza tratando de librarse de mi. Se levanto de el suelo para tirarse en la ducha, solo ovacionó dejármelo más fácil.

—¡Por favor!¡Quiero vivir! Me iré y no le diré a nadie lo qué hay en este castillo.

La agarre por el cabello y pegue mi colmillo a su cuello terminando de drenarla. Al terminar cayó al piso y su piel parecía la de una muñeca de porcelana. Blanca y sin vida.

Sonreí satisfecho para volver a tomar su cuerpo para desasearme de el.

Esto te pasa por coquetear con un vampiro, perra.

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La gran familia VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora