CAPITULO 06

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- ¿Irin? -susurró Becky, contra su celular.

-¿Dónde estás? - le preguntó su mejor amiga.

- No lo sé... - cerró los ojos. Nada. Absolutamente nada en el mundo haría que ella misma se perdonara por lo que había hecho anoche con ese mujer... que había conocido hace unas horas.

- ¿Cómo que...como qué no sabes? - le preguntó Irin, se levantó de la cama.

- Es que... joder, no lo sé... yo... no tenía donde dormir y...

- ¿Has dormido en un hotel?

- No. - volvió a cerrar los ojos con fuerza. - he dormido con alguien más. Irin soltó un grito en el teléfono.

- ¡¿Qué, lo conozco?! - preguntó emocionada.

- Ni siquiera yo la conozco.

-Nena... ¿Qué estás diciendo?

- ¡No lo sé! ¡no sé que estoy haciendo desde ayer! Simplemente acepté que me trajera a su casa... - explicó desesperada, pero aun manteniendo el volumen de su voz. Estaba encerrada en el baño personal de la habitación de Freen y no quería despertarla, simplemente porque no tenía idea de cómo le hablaría o que se dirían. - me dijo que no había problema y yo...

- Aceptaste. Claro, como siempre creyendo que no intentaría nada. Era obvio querida, te iba a follar.

- No me ayudas.

- ¿Y qué hago? Es la verdad. - se excusó la pelirroja. pero y bueno... ¿Qué tal esta? ¿lo ha hecho bien?

- Estás loca. No tengo la menor idea de que decirle ahora... joder, me cago de la vergüenza.

- Ha tenido que ser una muy buena cogida eh... para que te sacara de tus casillas...

- Cállate.

- No puedo creer que te hayas tirado a una tía que no conocías. Eres mi ídola.

- ¡Cálla...

La puerta del pequeño baño se abrió de repente. Becky apretó el celular entre sus manos, a la misma vez que juntaba sus labios con fuerza. Ella apareció, entró, volvió a cerrar la puerta, y se sacó la ropa tranquilamente.

- ¡¿Es ella?! - preguntó Irin por el celular.

- ¿Te interrumpo? - le preguntó Freen, al notar que alguien más ocupaba su baño. Becky negó con la cabeza.

- No, no... es tuyo. - sonrió tontamente. No sabía que coño le pasaba. Freen asintió. Terminó de quitarse los pantalones. Una vez en boxers... la quedó mirando. Traía puesta una camiseta suya. Una de Los Beatles. Le quedaba ancha pero le cubría el principio de los muslos. Becky se ruborizó y colgó la llamada. - ¿Qué...qué haces?

- ¿Yo?

- Sí... no dejas de mirarme...

- Perdona, me gustan tus piernas. - dijo totalmente fresca.

Ella respiró por dentro. Esa idiota sabía cómo hacerle sentir cosas intensas dentro de ella.

-Gra...gracias...

Freen volvió a asentir. Decía la verdad. Anoche no había dejado de mirarlas, de observar cada parte de ella...mientras dormía. Se rió por dentro... iba a hacer algo que la incomodaría muchísimo, pero no tenía por qué.

-Joder... - se quejó Becky, casi inaudible. Freen había intentado bajarse el bóxer delante de ella.
-Necesito bañarme. No quiero que se moje.

- Estás loca... ¿Por qué no esperas a que me vaya?

- Me has visto desnuda anoche. Se ruborizó de nuevo.

- Pero...

- ¿Pero... - se acercó a pasos lentos hacia su cuerpo. Becky fue disminuyendo la mirada. Se hacía más y más pequeña con Freen al frente.

- Es que...

- ¿Es que... - un pasó más. Estaba a punto de tocar su cuerpo con el suyo.

- Es diferente...

- Me ha gustado mucho. - susurró ahora, contra sus labios. Casi tocándoselos. Becky sintió que moriría.

- A mí también... - susurró.

A punto de besarse de nuevo. Joder. ¿Qué pasaba? Freen rozó sus labios lentamente.
Ni siquiera un beso y ya la tenía jadeando. Se tocaron de nuevo. Abrazándole la cintura...

De pronto una llamada en el celular de Becky.

Freen se apartó. El número de Michael Harrison estaba en el celular de Becky. Contestó de inmediato.

- ¿Señor Harrison? - dijo sorprendida por su llamada. Si su jefe la estaba llamando...era porque tal vez había una esperanza en recuperar su trabajo.

- ¿Se puede saber en dónde mierda está? - le preguntó fuertemente. Becky se quedó sin hablar por varios segundos. Freen fingía no escuchar nada, mientras abría el grifo de la ducha, aún sin meterse en ella.

- Usted me ha quitado el departamento.

- ¿Dónde está?

- En un hotel. - mintió. Freen se rió por dentro, sin darse a notar.

- Quiero que vengas ahora mismo al edificio ¿vale? La policía necesita testigos.

- ¿Testigos? Freen tragó saliva.
- Yo...yo no he visto nada, se lo juro...

- ¿No? ¿entonces porque has sido la única que ha abierto esa jodida caja fuerte?

- No he visto nada señor, se lo juro. Si supiera algo de ellos... ya se lo hubiera dicho.

Freen apretó los puños. La conversación subía de nivel. Podía escuchar la voz de Becky entrecortarse. Se pondría a llorar.

- ¿Sabes? Puedo meterte a la asquerosa cárcel si a mí se me da la gana. - le amenazó. - si no vienes en media hora, vas a saber que no estoy mintiendo. - y cortó la llamada, dejando el alma de Becky colgando en un hilo. Soltó un respiro y bajó el auricular de su rostro.

Freen se volteó a mirarla. Lo había escuchado todo. Cada palabra.

- ¿Ha pasado algo? - le preguntó, fingiendo no saber nada.

Becky volvió a suspirar, tapándose el rostro...completamente frustrada. Estaba harta de Michael Harrison. Harta de su maldito abuso. Se lo había quitado todo, el departamento, el trabajo...todo. Pero encima de todo eso, quería llevarla a prisión.

- Cree que yo sé algo sobre el robo... - le dijo indignada. Sus ojos se llenaron de lágrimas. No podía con tanto. - me ha dicho que si no voy en media hora... va a meterme a la cárcel. - una lágrima salió de sus ojos.

Freen endureció los pómulos. No sabía que parte de su interior le estaba ordenando esto... pero no quería verla llorar. Y si él lo hacía...si ese imbécil de Michael Harrison la hacía llorar, él lloraría el doble. Ya veríamos si seguiría jodiendo a Becky de tal manera, después de lo que pasaría esa misma noche.

TENTATION -FreenBecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora