Once In A Dream |MoShang|

Capítulo Quince

Capítulo Quince

Mu Qingfang terminó de dictar las lecciones del día y los discípulos marcharon a cumplir con sus responsabilidades, con las sanciones impuestas a Bai Zhan el trabajo disminuyó considerablemente en la Cumbre Qian Cao y por fin podría plantearse tomar vacaciones, claro, siempre que la situación de la epidemia se resuelva pronto. Sin nada más interesante qué hacer, Mu Qingfang decidió echar un vistazo en An Ding, todavía le parece curiosa la nueva familia de Shang Qinghua, quiere tirar un poco de las mejillas del pequeño Príncipe del Desierto del Norte, revisar que todo marche bien con el núcleo de Shang Qinghua y quizás volver a rogarle que le encuentre un buen esposo.

Lo ha considerado, en la Montaña Cang Qiong no hay mucho para él, además de su papel como Señor de Qian Cao, su vida jamás irá a más. Antes de que Shen Qingqiu estuviese con Luo Binghe estaba realmente bien con pasar su vida de esa forma, pero, ver como su shidi encuentra el amor despertó algo en él que no supo identificar hasta que Shang Qinghua también se marchó por temporadas para permanecer con el Rey del Desierto del Norte.

Después de empacar algunos dulces para el pequeño Príncipe y algunos bálsamos para Shang Qinghua, el señor de Qian Cao se dirigió a An Ding para encontrarse con su amigo, tan pronto como llegó supo que algo no iba bien del todo, los discípulos caminaban más rápido de lo habitual como si quisieran huir de algo. Mu Qingfang observó que todos se alejaban de un punto en específico así que decidió ir a investigar. Al acercarse se encontró con una escena curiosa, El Rey del Desierto del Norte observaba detenidamente al pequeño Príncipe recitar las lecciones frente a otro demonio con aspecto severo, sin embargo, había una figura delgada y de menor estatura comparada con los dos demonios adultos que supervisaba al trío demoniaco. Era Shang Qinghua.

Mu Qingfang jamás pensó que su amigo sería tan poderoso, bajo la mirada de ese humano de aspecto delicado, los tres demonios parecían temerosos de desobedecer. Mu Qingfang no quiso intervenir, sin embargo, terminó por dejar escuchar una carcajada ante tan interesante escena.

―¡Mu-Xiong!― saludó Shang Qinghua con una sonrisa brillante ―Por favor acércate, llegas en buen momento.

Mu Qingfan avanzó a ellos con tranquilidad, al encontrarse con Shang Qinghua puso en sus manos un paquete con los bálsamos ―Úsalos por la mañana.

―¡Eres tan bueno! ¡Es un alivio vivir entre humanos!― dijo el Señor de la Cumbre An Ding dirigiendo una mirada a los tres demonios que lucían como perros regañados.

―Qinghua ¿Qué pasó?― preguntó Mu Qingfang con curiosidad, no todos los días se encuentra a tres demonios con las orejas caídas y temerosos del regaño de un humano.

―Se comportan como salvajes... la disciplina es importante en la Cumbre An Ding― comentó Shang Qinghua sobando sus sienes ―Por cierto, él es Cao Cheng, el Shizun de Dewei y quien ayudará en este asunto de la epidemia.

Mu Qingfang realizó una reverencia al demonio como muestra de respeto ―Maestro Cao, mi nombre es Mu Qingfang, soy el Señor de la Cumbre Qian Cao, agradecemos que preste sus conocimientos para lograr una solución exitosa a este asunto.

El demonio observó a Mu Qingfang con interés, lo primero que notó en él fue la fragancia de las hierbas medicinales que emana de todo su cuerpo y la expresión suave que lo hace ver como un sabio. La Montaña Cang Qiong es un sitio muy interesante y sus Señores son personajes dignos de admirar, la primera vez que vio a Shang Qinghua se preguntó de dónde salió un humano tan atractivo, una belleza delicada con un aura fuerte y noble, algo muy diferente de lo que se ve en el mundo demoniaco; Mu Qingfang también tiene belleza pero es diferente, para Cao Cheng es como encontrarse con uno de esos Inmortales que narran las historias humanas porque en sus ojos puede leer la honestidad y la sabiduría de su alma.