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Después de esa noche no quería separarme de HyeJu. Las cosas que nos habíamos dicho, saber que en un par de días podríamos vivir como una bendita pareja normal. Era irreal, increíble. Y yo pensando los últimos años que estaría atada a Soobin de por vida... Creo que todo esto es gracias a mi hija, que me hizo volver a mi ciudad para ver al grupo de HyeJu del que pronto se despediría.

Ahora mismo estábamos preparando las maletas para volver a ver a Yerim, debía tener una conversación muy difícil con ella. De verdad, nadie nos prepara para ser padres pero a ver como le dices a tu hija que su propio padre intentó abusar de ti. En fin, sé que encontraré el modo de hacerlo, lo mejor es no darle muchas vueltas. Me hago a la peor idea, y así, al estar preparada para lo peor, lo que sea que venga no sería tan malo.

El viaje a casa fue lento y tranquilo, HyeJu y yo íbamos tomadas de las manos. Viendo lo que me quedaba por hacer, se podría decir que estábamos saliendo como novias, pero no oficialmente. Planeaba contarle a Yerim y a mi madre que HyeJu y yo estábamos juntas y, a pesar que iba a ver a Soobin, no me importaba en lo absoluto lo que fuese a pensar de mí. Después de todo, no iba a volver a aparecer en mi vida. La verdad y honestamente, ya no me importaba en lo absoluto lo que la gente pensase de mí. Llevaba 35 años viviendo por y para la gente y sinceramente 35 años es demasiado tiempo, así que era hora de reinverntarme. De no ser la madre de Yerim, la hija de Jihyo o la mujer de Choi, no, era hora de ser simplemente Park Chaewon, ser la Park Chaewon que tanto tiempo estuvo escondida dentro de una fachada de señora ejemplar, madre de familia y "perfecta". Park Chaewon no es así. Park Chaewon es imperfecta, pero valiosa a su modo. Quería a la gente con el corazón y si de verdad lo hacía lo demostraba, no finge ser algo que no es sólo para agradarle a los demás. Si necesitaba llorar lloraba, si necesitaba gritar gritaba. Y por supuesto, no pretendería saber cocinar cuando una vez casi quema la cocina de sus padres tratando de hacer un filete de pescado.

Entre todos esos pensamientos llegamos a la casa en la que vivía con Soobin. Recogimos nuestras cosas del maletero y nos aproximamos a la puerta. Donde nos recibió una sonriente Yerim que de inmediato debió notar mi cara seria y de preocupación. Mi hija me abraza y yo no le hago ascos a su contacto. Después de todo, ella era mi hija.

-Yerim, cielo, tu madre creo que necesita decirte algo- dice HyeJu ajustando sus gafas de sol al puente de su nariz.

Yerim me mira inquisitiva y yo le acaricio la cabeza.

-Ven hija, necesitamos sentarnos a hablar-

-Okey...Pero antes de nada quiero que sepas que la culpa no fue mía. Fue Beomgyu el que insistió en que te hiciéramos una tarta de bienvenida-

-¿Que?-

-Ah, ¿no es por lo del horno?-

-Eh...No, pero luego me cuentas que sucedió con esa tarta.¿Si? Esto es más importante-

Ambas subimos al cuarto de mi hija y hago que se siente en su cama, me siento a su vera y ella me mira preocupada. Suspiro, ya no había marcha atrás.

-Cariño, habrás notado que estos últimos meses tu padre y yo hemos estado un poco distantes. ¿No?-

-Si, ya sé que os vais a divorciar. La verdad es que me lo veía venir- dice restándole importancia lo que paradójicamente hizo que me sintiese más relajada.

-Si, planeaba decirte esto, pero sucedió algo bastante grave- ella frunce el ceño

-Ajá...- me mira preocupada.

-Sabes la razón por la cual te advierto de los hombres que se pasan con las mujeres, ¿no?- digo tomando sus manos.

-Si, para que no me violen y esas cosas pero, ¿eso que tiene que ver con papá?-

1987 - HYEWONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora