Scars | Soap

❖ 07: celos y calor.

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— Me gustó pasar el día de hoy contigo, Simon. — dijo divertida, y apenas ingresaron al edificio de los dormitorios comenzó a quitarse la chaqueta que el Teniente le había prestado. — Y gracias otra vez por la chaqueta. Creo que esta semana ya tienen que tener lista la mía.

— Puedes quedartela hasta que tengas la tuya. — murmuró el hombre, pero frunció un poco sus cejas al ver lo que estaba frente a él. — ¿Qué hace Soap aquí?

Ella tragó grueso. Estaba justo frente a su puerta.

De pronto el escocés giró su cabeza hacia ellos y su mirada osciló entre ambos.
Nessa acomodó un poco su garganta y le dió la chaqueta.

— Gracias por acompañarme, me ha gustado mucho el día. Tengo que hablar algo con él.

Simon la miró por unos segundos hasta que terminó asintiendo.

— Nos vemos entonces, fea. — murmuró, despeinado un poco los cabellos de la muchacha antes de girarse, no sin antes darle una mirada a su compañero.

Nessa guardo silencio unos segundos, pero terminó caminando hacia su ex prometido.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó, y aquellos ojos la miraron con profundidad.

Ella odiaba esos ojos celestes tan profundos, los odiaba demasiado, mucho más cuando se mezclaban con aquellas pestañas largas y oscuras.
Él siempre había tenido una mirada bellísima, pero cuando miraba a Nessa podía verse una galaxia entera en sus ojos.
Eso la había enamorado demasiado, y recordaba cómo podía perderse horas simplemente mirando sus bellos ojos.

— Ness... Solo quería saber si estabas bien... Vi que no recibiste lo que te envié, y pensé que algo malo había pasado.

— Si lo recibí, gracias, pero no eran necesarias las molestias. — murmuró.

— Oh... Tu amigo los estaba comiendo y yo pensé-

— Solo no pude comerlos. — murmuró, abriendo la puerta de su cuarto. — ¿Eso es todo?

— Ness... — susurró, pero repentinamente un grupo de algunas personas pasaron a sus espaldas y John la miró con suplica. — ¿Puedo pasar para hablar?

Ella dudó, pero terminó asintiendo.

Soap ingresó al dormitorio, viendo que se encontraba casi intacto. Su bolso estaba en el suelo y denotaba que no había tenido tiempo de ubicarse en el dormitorio.

— ¿Qué quieres decirme?

— ¿Hay algo entre tú y Simon, Ness? — preguntó de pronto y ella se cruzó de brazos. — Es decir... Los vi bastante unidos estas semanas y solo quería saber si...

— No hay nada entre nosotros. — dijo enojada. — Y aunque fuésemos algo, tú no tendrías el más mínimo derecho de reclamarme algo, John.

— Bonnie... — suspiró. — Linda... No seas tan cruel conmigo.

Una risa irónica salió de lo más profundo de su garganta.

— ¿Yo? ¿Yo soy cruel contigo, John? Me da mucha gracia. — dijo fuerte, pero su voz se rompió justo en la última palabra. Entonces su tono bajó mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas y habló: — Me da mucha gracia como yo soy cruel contigo cuando tú me dejaste destruida s-sin darme ni una sola explicación de tu decisión...

Pronto el escocés también sintió sus ojos húmedos y su pecho demasiado apretado y sin dudarlo se acercó a ella.

— Eres bondadosa por el simple hecho de dejarme estar cerca tuyo. — susurró, y ella mordió sus labios.