11 | Castigo.

123 15 0
                                    

Sus ojos se agrandaron a más no poder de la sorpresa...

Ella había detenido con su propia mano una flecha que estaba a centimetros de perforarle la cara.

Tu agilidad nuevamente se presento, notando aquella visión de lentitud.

"¿Porque me sucede esto?"

Los sonidos de sorpresa se hicieron presentes en todo el lugar y dirigieron su mirada al emisor del ataque.

Sin embargo, se quedaron con la duda porque no supieron quien era.

Parece que ya tengo enemigos yo también Dijiste por fin saliendo de tu trance inconciente, dandote cuenta lo que acabas de hacer.

-¡¿Qué clase de teatro piensan que es esto?! ¿¡Quién es el culpable de esta interrupción?! -Dijo el troyano.

-No tiene caso estar buscando el culpable -hablaste tratando de tranquilizarlo.

-¿Realmente no te importa? -Negaste -¿Quién eres exactamente tú?

-No pienso decir mi identidad, pero me gustaria que todo lo que acabo de hacer aquí, se quede aquí y no salga a los oidos del mundo -pediste pacifica -y por lo tanto es mi momento de marcharme.

Al escuchar eso, Eros que se encontraba todavía rescatando el aire de susto, se fue volando inmediatamente de ahí.

No quería ser un centro de atención por la intromisión que se presento, aunque ya lo habían notado.

>>>——————> ♥︎ <——————<<<

—Dios Anteros —Mencionaste sorprendida.

—Hola ______ —saludo sereno.

—¿Qué hace aquí? —Preguntaste mientras te retirabas el manto que había cubierto tu cara.

—Vine aquí acompañar a Eros en buscarte —respondío acercandote a tí.

—Oh... —Viste ambos lados— ¿Pero donde esta él? ¿No se supone que estaria con usted? —Te desconcertaste por no verlo en ningun lado.

—Él se fue no hace mucho, no quería pasar más tiempo ahí—te señalo el campo de batalla— Parecía muy enojado con lo que acabas de hacer.

—¡¿Eh..?! ¿y no dijo nada? —Comenzabas a ponerte nerviosa.

—Sí, que en cuando terminaras tu discurso suicida, que te presentaras en su templo para hablar seriamente contigo antes de que acabe el día —hablo cruzado de brazos

—Oh no... —murmuraste.

—Pero sin duda, que buena tactica para evitar más alla de una guerra, arriesgar tu vida para inspirar un alto... Eres lo contrario a mi padre, te felicito por eso.

Querias mostrarle una sonrisa por su comentario, pero formaste una mueca.

—¿Sera que el se enojo mucho? —Pensaste en voz alta.

—No lo sé... pero te aconsejaria que te fueras ya mismo, a no ser que tu castigo sea peor...

"¿¡Casti...ti..tigo?!?" Pusiste una cara de horror.

—Ten cuidado, mortal —Fue lo ultimo que dijo para irse también.

"¿Por qué debiste hacer eso?" Te regañaste a ti misma tomando tu cabeza.

Miraste hacía atras como ya no seguían combatiendo porque estaba intacto el lugar, pero sin atacar.

Mientras te dirigias al templo, en todo el camino te regañabas y pensabas que era lo que diria de tí.

♥︎...𝐃𝐢𝕤𝐜í𝐩𝐮𝐥𝐚...♥︎ |𝔼𝕣𝕠𝕤 𝕪 𝕥𝕦|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora