Capítulo 2

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Giulia...

No podía creer que el mismo Alexander Cavalli me había invitado a cenar. Esta semana había pasado más que rápida.

Después de meses de stalkeo en sus redes, por fin hoy, después de soñar este momento lo iba a tener frente a frente atento a mí.

—Giulia, ¡pareces que vas al teatro y no a una cita!. -Decía Nadia mientras se peinaba frente al espejo.

—¿Que tal que decida llevarme alguno de los restaurantes más finos de Londres?, además es un hermoso vestido diseñado por mi tía.

—Si lo sé, ¡te envidio tanto!–Me dijo mientras me lanzaba el lápiz labial rojo que ella estaba usando.

—¿No crees que es muy llamativo?

—Dios mío,  ¿Qué harías sin mí Solecito?

—No me digas así-Le dije mientras le tiraba un cojín.

Mi vestuario sí era un poco formal, pero sabía que Alexander era de gustos caros. Su personalidad era bastante banal en comparación a su hermano gemelo. Uno era todo excentricidad mientras su hermano era todo lo opuesto.

Mi pequeño penthouse estaba ubicado cerca de las zonas más exclusivas, este regalo de mi madre había sido uno de los mejores regalos que pude recibir al cumplir 17 años. Mi propio espacio.

Mis padres se habían tomado el fin de semana para visitar a mi abuela en Illinois, así que estaría en Londres y no en Italia.

Luciano por su parte, estaba más que dedicado a la organización, sin duda había crecido para ser el rey de la misma.

—¿Como me veo? - La voz de Nadia, me sacó de mis pensamientos.

—¿Quieres que lo diga en voz alta?-Le dije sonriendo.

—¡Dime ya!.-Dijo mientras daba una vuelta tipo top model.

Nadia sin duda era más que guapa, su cabello rubio caía en cascada tapando un poco el escote de la parte trasera de su vestido que llegaba a los muslos. Sus piernas definidas por el atletismo le hacían justicia y sus tacones junto a su cartera hacían la combinación perfecta.

— Si fuera hombre te diría que te ves preciosa, pero como no lo soy, ¡te ves bien! -Le dije mientras me daba la vuelta.

—¡Giulia Mancini Faxton!- Ven acá pequeña perra.

Empecé a correr por mi sala de estar mientras ella trataba de golpearme con su cartera.

Mi teléfono sonó en ese momento mientras una notificación de mensaje me indicaba que Alex estaba abajo esperando.

—¡Esta aquí!–me detuve de golpe lo mismo que Nadia.

—Esto no es un simulacro,  ni las fantasías que escribes en tu diario Giulia, respira, vamos anda conmigo,  uno, dos, tres....

—¡Siento mariposas en mi estómago!

—¡Estoy feliz por ti Giulia!.

—¿Estarás bien? -Le dije mientras tomaba mi bolso de mano.

—¡Lo estaré, sin padres, sin tíos y sin abuelos en Londres tendré hoy mi noche! - Dijo más que emocionada.

Quizá un poco de esa libertad es la que yo deseaba, los escoltas estaban en la puerta esperando cuando salí de ella.

Si la gente me veía , seguramente pensaba que era miembro de la casa real, por la seguridad que me rodeaba.

Nadia me dio un beso mientras me deseo todo lo mejor.

DULCE TRAICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora