Giulia....
Seis meses antes...
Internado Reino Unido.—¡No puedo creer que ese hombre sea tu tío Giulia, sabes ayer stalkee su instagram y esta uff!
—Puedes dejar de hablar de mi tío Nadia, por Dios nos lleva que, como 20 años no sé, ahora apúrate no quiero llegar tarde a mi ensayo, este año es mi último recital y quiero que salga perfecto.
—¡Dame paz Giulia, osea te la pasas mas de 200 días en este internado, practicando, y demás y cuando trato de hablar de algo super importante sacas a relucir que llegas tarde!
—Nadia Anderson. -La voz de la directora nos hizo voltear.
—Mierda, que no pueden ser más tolerantes.
—Señorita Anderson, es la cuarta vez que le hago una advertencia, el móvil se utiliza en los ratos libres y por las noches, así que tendré que decomisarlo hasta que usted lo haya entendido.
—¿Qué?, no no no, usted no puede privarme del único acceso al mundo real desde esta instalación olvidada por Dios.
—Señorita Anderson, deme el móvil ahora o tendré que tomar otras medidas. -La directora Swan extendió la mano.
—Ya, ya entendí. - Vi como hacía un puchero mientras lo apagaba y se lo entregaba a la directora.
—Deberías de seguir el ejemplo de la Señorita Mancini, un ejemplo digno de admirar. Deberías aconsejar a tu amiga. Así no habrían tantas advertencias en su historial. –Dio media vuelta y se fue.
—¡Así no habrían tantas advertencias en su historial bla bla, vieja bruja y su estúpido acento británico de quinta!
—Hey, ya, además te lo advertí.–Le dije a mi mejor amiga mientras caminamos hacia los camerinos para cambiarme.
Nadia era una de las personas más divertidas que había conocido en este internado. Ambas eramos princesas de la mafia, su padre era el encargado de muchas cosas en Latinoamerica, y tercero al mando en la organización Kozlov, una de las más poderosas del mundo. Yo por mi parte era hija del Capo más grande que Italia y Europa del Este había tenido, desde niñas se nos había inculcado nuestros deberes, pero también se nos había privado de tantas cosas que las chicas normales de 17 y 18 años podían hacer.
Mi adolescencia la pasé en este internado uno de los mejores del mundo donde los miembros de la Élite envían a sus herederos. He visto salier graduados a príncipes, futuros reyes e hijos de grandes empresarios. Y también estamos nosotros, los hijos de los criminales más temidos del mundo.
Nadia estaba mucho antes que yo, pero tuvo que salir unos meses por un viaje familiar así que reprobó un año y ahora eramos compañeras.
—Sabes mi hermano Luciano piensa dar una fiesta dentro de un par de meses.
—¿Es su cumpleaños o algo así? -me dijo Nadia mientras entrábamos a los camerinos.
—No, pero mis padres irán a un viaje de aniversario, ese fin de semana es libre y estaremos en casa, ¿no me digas que ya lo olvidaste? -Le dije a mi mejor amiga mientras me empezaba a cambiar.
—No lo he olvidado tengo planes con mis tías, y con mis primos.
—¡Tus primos los innombrables!- me burla recordando como un chico hizo una burla a Nadia, por qué no creían que Viktor Kozlov era su padrino.
—El diablo y el arcángel en persona ¿como pueden ser dos personas tan distintas y venir de la misma madre y padre?
—Lo que sea, ahora iré a ensayar y tú, querida amiga prométeme edta vez no hacer algo malo mientras ensayo.
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DULCE TRAICIÓN
AléatoireEn un mundo lleno de sangre, sus ojos le dieron sentido a mi vida. Ella me odiaba por que había sido forzada aceptar un matrimonio de conveniencia, con el corazón roto por la decepción amorosa anterior debía de ganar su corazón, aunque en el camin...