Mentira

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_Por favor dime que es una broma_El alma parece haber abandonado mi cuerpo, de pronto siento el aire mas pesado y debo lidear con una cantidad de emociones que no se como manejar_Estás jugando conmigo...Es eso.

Esta tan enfocado en sacar todo lo necesario del armario que no estoy segura de que me haya escuchado.

Todo a mi alrededor comienza a dar vueltas, el familiar hormigueo en la punta de los dedos es solo un indicio de que estoy en medio de un ataque de pánico, el aire me falta y me aferro a una de las puertas del armario para no caer, el casco yace en el piso y de un momento a otro lo único que veo es a Kened tomando mi rostro pero...No escucho nada de lo que sale de su boca, luce verdaderamente preocupado e internamente me molesta estar asustandolo, pero lo cierto es que no puedo evitarlo, siento intensamente mi corazón martilleando en mi pecho.

_Cariño escuchame, escuchame Dylan, tienes que respirar, hazlo conmigo por favor_

Las lagrimas empañan mis ojos, mi nariz pica y se que debo verme patética, se que soy una cobarde, siempre lo he sido y el que intente olvidar no borra el hecho de que soy una inútil que ni siquiera es capaz de contener estos ataques, las lagrimas caen libres por mis mejillas y la punzada en el pecho me hace estremecer, todo vuelve a girar y cuando mis ojos se abren nuevamente estoy en el piso, ¿me desmaye?...

Los espasmos no me abandonan y no es hasta que aprieto los brazos de Kened que me percato de que no estoy sola y que mi espalda esta pegada a su pecho.

_Bien señorita necesito que colabores conmigo, necesito que respires_Su voz suena mucho mas serena que hace rato, su tono es suave y pausado_Aquí estoy, no te voy a dejar sola Dylan.

Mi agarre en sus brazos se intensifica, necesito saber que es cierto, que no me dejara sola en esta cabina, que no se irá enojado a causa de mi cobardía, puede que no lo conozca demasiado pero no quiero que me deje sola, no quería que viera ésta parte de mi.

_Inhala_Repite e intento tomar una respiración profunda pero no sirve de nada, lo único que consigo es un sollozo y más lagrimas.

No sé cuánto tiempo tardamos sentados en el piso buscando el aliento que necesito. Kened no se separa de mi en ningún momento, sus palabras alentadoras detrás de mi oido no me pasan desapercibidas recalcando que todo estará bien, que lo estoy haciendo genial y que no se irá a ningún lado.

Poco a poco mis respiraciones vuelven a la normalidad, el dolor en el pecho ha desaparecido y ya no tiemblo, ahora lo único que siento es una profunda vergüenza hacia la persona a la que le arruiné su plan de hoy. Sus brazos siguen rodeando mi cintura y sus largas piernas se estiran a cada lado de las mías, al parecer ya todo acabo, pero sin embargo seguimos de este modo envueltos en un silencio sepulcral en el que cada uno parece estar perdido en sus propios pensamientos pero el hecho de que estemos en ésta posición me hace sentir de cierta forma protegida.

Siento como endereza su espalda y tira de mi hacia atrás para apoyar su barbilla en mi cabeza.

Yo no hago mas que mirar mis zapatos intentando ignorar el hecho de que esto se siente demasiado íntimo, y el que ninguno de los dos diga nada me pone inmensamente nerviosa.

Una melodía suena y deduzco que es su celular en cuanto lo saca de su bolsillo.

_Dime Maddie_Da una respiración profunda_No, no lo sabia...De cuerdo, solo habla un poco mas despacio si...

Coloca el celular frente a mi para tener un mejor dominio de el pero su otro brazo sigue sin soltarme, al parecer ha puesto a Madeline en alta voz y a pesar de que quiero evitarlo es dificil ignorar lo que hace cuando tengo la pantalla literalmente frente a mis ojos.

Más Que VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora