“Las vueltas de un perverso” es una serie de relatos ilustrados con textos de Nico Saraintaris e ilustraciones de Fernando Martínez Ruppel. En “Las vueltas de un perverso“ el narrador describirá el submundo de distintos personajes que lograron transformar sus perversiones particulares en una forma de ver el mundo o, al menos, en un negocio.
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“El tipo con barba y los jinetes del semen”
I
El tipo con barba me esperaba en una mesa al fondo del bar. Tenía uno de esos jugos vigorizantes que hoy están tan de moda. En el transcurso de la charla hablaría maravillas de la espirulina, unos organismos procariotas con alto valor nutricional. Me pedí un café y el tipo con barba me miró con desconfianza.
El tipo con barba pronunciaba mal la erre y eso me molestaba un poco. Cuando llegó mi café, levantó su vaso y me contó sobre las virtudes de su jugo. Tomé un sorbo de mi taza asintiendo con la cabeza y nos pusimos a hablar de los jinetes del semen.
“El proceso de miniaturización es ortomolecular. Hablamos de un viaje interior. Cuando aparecen, el jinete elige su montura y lo ayudo a galopar. Pocos pasan la frontera entre reinos y muchos menos logran siquiera acercarse al óvulo. A lo largo de la historia, unos cuantos espermatozoides montados han fecundado mujer. Y todas las veces, nació un semidiós”.
El tipo con barba siguió hablando algunos minutos intercalando preceptos y creencias de distintas corrientes new age y otras no tanto. En el momento en el que se detuvo y llevó el vaso de jugo a la boca, llamé al mozo y le pedí lo mismo que estaba tomando el tipo con barba. Le alcancé la taza todavía llena y el mozo me preguntó: “¿No toma más?”. Me limité a sonreír.
Conozco a los tipos como el tipo con barba. No hay nada que les guste más que el proceso de conversión. Cuando llegó mi jugo lo tomé de a poco tratando de disimular el asco que me producía. Hacia el final de nuestro encuentro, el tipo con barba me pasó una dirección y me invitó a presenciar un viaje de los jinetes del semen. Se metió la mano en el bolsillo del pantalón y lo frené en seco. “Yo invito”. El tipo con barba salió. Conforme con el resultado de la reunión, me tomé lo que quedaba del jugo de un golpe.
II
Me abrió la puerta una mujer vestida con ropas que le colgaban como los restos de una liposucción. Me llevó hasta la cocina y me dijo que espere ahí sentado, que el tipo con barba estaba dirigiendo la carrera de un jinete. Me quedé solo. Sobre la mesada había una vaporera de la que salía un olor irrespirable. Saqué un libro y me puse a leer.
Media hora después, apareció el tipo con barba. Me levanté para saludarlo y estiré la mano. Antes de dármela, se limpió en el pantalón y me dedicó una sonrisa torcida. “Habrá una nueva carrera en veinte minutos. Como podrás ver, trabajo a calendario completo”.
El tipo con barba abrió la heladera y sacó una jarra con un líquido de un color que no sabría cómo describir. Me ofreció un vaso y acepté. El tipo con barba volvió a hablarme de los viajes de los jinetes del semen sin agregar nada nuevo a su relato. Aún así, lo escuché con atención y tomé de su jugo.
Algunos minutos después, el tipo con barba se levantó y me pidió que lo acompañe. Entramos en una habitación, me señaló una silla y se fue. Cuando volvió, lo acompañaba una pareja. El hombre tendría cuarenta años. La mujer rondaría los treinta. Me miraron y el tipo con barba les dijo que estaba todo bien, que yo presenciaría la carrera.
III
El hombre la penetraba ajustando los movimientos a los cánticos del tipo con barba. El tipo con barba se masturbaba lentamente. En un momento me agarró la mano y trató de acercarla a su miembro. Ejerciendo un poco de fuerza, me liberé y el tipo con barba siguió como si nada. Su voz era hipnótica.
El hombre penetró a la mujer durante media hora sin cambiar de posición. El tipo con barba alzó su voz y el hombre acabó adentro de la mujer. Cuando se separaron, el hombre tenía lágrimas en los ojos. “No pude mantenerme sobre el espermatozoide, maestro. Perdóneme”. El tipo con barba le dijo que no se preocupara, que su carrera había sido mejor que la vez anterior. Sacó un cuaderno. “Te anoto para el jueves que viene a la misma hora. Vengan preparados”.
La pareja salió de la habitación después de dedicarle una reverencia al tipo con barba. Nos quedamos solos. Había lágrimas también en los ojos del tipo con barba. Se levantó y dándome la espalda me dijo: “Vienen todo el tiempo. Esperan tener un semidiós. Muchos tienen problemas para engendrar. Acá duran más y mejoran su vida sexual.” Caminó hasta la puerta, se detuvo unos segundos y antes de salir, agregó: “No le hago mal a nadie masturbándome”.
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Las vueltas de un perverso
Mystery / Thriller“Las vueltas de un perverso” es una serie de relatos ilustrados con textos de Nico Saraintaris e ilustraciones de Fernando Martínez Ruppel. En “Las vueltas de un perverso“ el narrador describirá el submundo de distintos personajes que lograron trans...