“Las vueltas de un perverso” es una serie de relatos ilustrados con textos de Nico Saraintaris e ilustraciones de Fernando Martínez Ruppel. En “Las vueltas de un perverso“ el narrador describirá el submundo de distintos personajes que lograron transformar sus perversiones particulares en una forma de ver el mundo o, al menos, en un negocio.
----
“Makiwara”
Casi todas mis investigaciones nacen en la oscuridad de los parques, entre forros usados y olor a meo, transpiración y semen seco. “Muchas de nosotras le tenemos miedo”. Cristal fumaba mientras me contaba sobre el tipo que hacía karate. “Lo vi un par de veces pero nunca estuve con él. Hay algo en su mirada que no me gusta”.
Cristal me dio el nombre de otro travesti de la zona. “Ella lo conoce. Buscala cerca de la entrada del parque. Es gorda y tiene la cara llena de pozos”. La saludé dándole un golpecito en el culo y me fui. Cristal me gritó algo que no llegué a entender. Se estaba haciendo tarde y tenía que seguir con las averiguaciones.
Yaiza me contó algunos detalles más sobre el tipo que hacía karate mientras yo intentaba distraer la mirada de los pozos. Sus dientes torcidos y llenos de sarro tampoco eran agradables a la vista. “Se llama Esteban. Usa patillas y pelo corto. Es un bruto, pero si se pasa tiene la decencia de compensarlo”. Yaiza sonrió y traté de concentrarme en sus ojos.
Había sólo tres Dojos en la zona y en el segundo me dijeron que Esteban entrenaba ahí. “En este momento no está. Suele venir cerca de las seis”. Pasadas las seis, Esteban caminaba hacia la entrada del Dojo. Lo alcancé y le pregunté si podía entrevistarlo cuando terminara el entrenamiento. Me preguntó para qué. Le dije que estaba escribiendo sobre formas alternativas de penetración y que me interesaba hacerle unas preguntas sobre fistfucking.
Dos horas más tarde, Esteban y yo tomábamos café en un bar. Esteban me pidió que no usara su nombre verdadero en la columna, que lo cambiara por algún otro. “Hace años que practico con el Makiwara. El Makiwara es esa especie de poste que se usa para entrenar.” Tomó un sorbo de café y siguió. “Primero te salen ampollas. Después las ampollas se te llenan de sangre y la carne se abre. La zona cambia de color y salen callos. Mirá cómo tengo ahora. Tocá. Todo duro.”
La dureza del puño era impresionante. Le pregunté por qué fistfucking y no alguna otra forma de práctica sexual. Después de dudar unos segundos, me dijo: “Una vez que el puño se endurece, se endurece para siempre”. Esteban se levantó, dejó un billete en la mesa y me dio un golpe en el hombro, seco. El hombro me sigue doliendo.
ESTÁS LEYENDO
Las vueltas de un perverso
Misterio / Suspenso“Las vueltas de un perverso” es una serie de relatos ilustrados con textos de Nico Saraintaris e ilustraciones de Fernando Martínez Ruppel. En “Las vueltas de un perverso“ el narrador describirá el submundo de distintos personajes que lograron trans...