Lionel Messi esta en el punto más grande de su carrera, después de él ya no hay nadie ni nada. Lo consiguió todo, es ahora cuando esta pasando a la historia con tanto reconocimiento que el pasado llega para darle una cachetada.
Una carta perdida en...
Bueno gente, bienvenidos a esta nueva versión de "Tres mil maneras de ser yo" Les dejare una explicación del porque la volví hacer, esto en nada afecta a la historia así que si sientes que te aburre. Solo salta y lee el capítulo que con mucho amor hice.
Bien, me encontraba escribiendo la anterior versión y me tope conque Kun y Lionel genuinamente no estaban totalmente perdidos. Que el problema de la historia como tal no lograba explicarse y solo iba ser Lio y Kun corriendo de un lado para otro. Cosa que no me gusto para nada.
Pensé en abandonar el fic sin más y enfocarme en otros. Pero a medida que avanzaba los días de alguna manera los chicos y mi imaginación me gritaban que regresara y planeara todo de nueva cuenta. Que no podía solo rendirme con esta historia y eso hice. Con una gran dedicación regrese para poner en orden las cosas.
Ahora, debo de decirle que en la otra versión si estaba garantizado un final feliz. Aquí de momento estoy entre dos finales. Uno muy feliz y otro que no cae en tristeza sino más que nada en un abierto. Aún no sabemos cual se quedara, pero como siempre se los he dicho. Este es un espacio seguro donde el amor siempre estará. No habrá drama barato e innecesario.
Así que prepárense para esta nueva versión de Tres mil maneras de ser yo. Los amo, son mi lugar seguro.
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Se estaba observando por quinta ocasión en el espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación. Usualmente no se consideraba una persona vanidosa o que le interesara lucir como el último modelo del mundo, pero cuando se trataba de premios y más ahora que estaba a punto de ser coronado con el octavo balón de oro de su carrera. Bueno, tenía que lucir lo mejor posible para ello.
Afuera estaba escuchando los gritos de sus tres hijos seguido de una voz que los reprendía en voz alta. Antonela a veces podía dar miedo cuando ella misma se cansaba de que sus pequeños no le hicieran caso. Se supone que esta noche todo debe de salir muy bien.
Va a ir a la ceremonia con su familia, se tomará unas cuantas fotos. Independientemente de si gana o no. Claro que asistirá a la fiesta que le sigue, pero allí solo será su esposa y él. Sus hijos se regresan a casa para que coman y luego duerman. Por ello es por lo que también había solicitado la ayuda de sus padres para que vinieran a cuidar a sus nietos un rato. Ellos encantados de esa oportunidad aceptaron sin más.
Se sintió muy a gusto cuando volvió acomodar el pequeño moño que estaba en su cuello. Se dio el visto bueno delante del reflejo y abrió la puerta de la habitación para ir al encuentro con la familia que lo esperaba en la sala.
—Anda, pero si ya te lo había dicho, que te ves muy guapo cuando en verdad te arreglas como lo que eres— Su madre, Celia, sentada mientras hacía reír a los niños con unos chistes al momento de ver a su gran nene se lleno con mucho sentimiento de admiración.
—Lo guapo lo sacaste a mí, que no te hagas el que no— Jorge Messi quien venía de la cocina con un cuenco de palomitas recién hecho. Le dio el visto bueno a su hijo para posicionarse al lado de su esposa.
