Capítulo 3

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21 de Marzo 2024. Grand Times Hotel, Québec, Canadá. 12:45 horas.

—Vaya...

—Este sitio es enorme.

Sonreí al ver que todos estaban asombrados por la suite que Marcus nos había conseguido, y una vez dejé mi bolso, les dije.

—Escuchen, éste será nuestro nuevo hogar.

—¿Volveremos a los viejos hábitos del pasado?—preguntó Raven, haciendo alusión a cuando nos reuníamos en Bronx.

—Algo así. Conviviremos aquí durante los próximos meses.

—Éste es el Carnicero—explicó Echo, mostrándonos imágenes desde su notebook—. Como ven, no tiene rostro...

—Porque no sabemos quién es-comentó Monty—. Sólo sabemos que es un sádico y que su marca registrada es colgar a mujeres... De esa forma.

—¿Por dónde empezamos?—preguntó Levitt de pie junto con Murphy.

—Nos dividiremos en dos grupos. Uno liderado por Monty, y el otro por mí.

—Tú mandas, Griffin.

—Bien. Shaw, Raven y Levitt irán con él—dije indicando a mi amigo—. Octavia, Murphy, Gaia y Echo me acompañarán al teatro.

—Clarke se encargará de revisar el cuerpo... Y de hablar con los oficiales. Mientras que nosotros, iremos al hogar de la víctima, hablaremos con sus familiares y haremos un recorrido por los lugares a los que Megan solía frecuentar.

—¿Por qué debemos ir? ¿Acaso no es trabajo de la policía canadiense?

—Sí, John. Pero son unos inútiles, y el caso Pass nos corresponde...

—No sólo porque es nuestro—agregó Echo—. Sino porque Megan es estadounidense.

—Así que debemos hablar con la persona que esté a cargo.

Miré a Echo quien tomó la notebook, colocando una imagen en la pantalla.

—Victor Strand. Detective privado, puesto por la familia de Megan.

—Un idiota.

—Suficiente, Monty—le dijo Echo—. Strand es quien está a cargo, he hablado con él y nos esperará en un bar.

—Tomen lo que sea necesario... Pero recuerden, manténganse juntos y concentrados—les dije dándole una pistola a cada uno.

—Sí capitana.

—Andando.

Pub Galway, Quebec, Canadá. 13:25 horas.

—¿A qué hora te ha dicho que vendría?—le preguntó Gaia a Echo.

—A la una... Pero está retrasado.

—Parece que no se toma muy en serio su trabajo—comentó Murphy prendiendo un cigarrillo y encendiendo el mío— ¿Te encuentras bien?

—Sí...

—Mientras esperamos, debemos revisar el caso ¿No creen?—dijo Octavia y junto con Echo, revisaron los papeles desde el comienzo—. Sabemos que está siguiendo un patrón...

—Pero no deja ninguna pista.

—Es minucioso.

—Según estas imágenes... Se toma su tiempo para fotografiar a las víctimas.

—¿Él es quien toma las fotos?-preguntó Murphy y yo asentí.

—Luego nos las hace llegar como si fuera el correo. Hemos sabido de los cuatro casos, gracias a eso...

True Lies II - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora