09 | Hay amor y polvo en el aire

386 52 35
                                    


Lunes 25 de Diciembre

Día de navidad

🎄


Las 12 habían llegado.

Phoebe fingió una sonrisa ante sus compañeros y otros clientes. Se habían reunido en el pequeño Starbucks de la ciudad a festejar juntos, y debía admitir que había sido mejor de lo que esperaba, aunque la espina en su corazón no se salía.

Sentía ganas de llorar, porque había imaginado otro tipo de momento, y sentir a Levi lejos la estaba matando, no por una dependencia, sino por el hecho de que él también estaba solo, y aún peor, sin nadie conocido en California.

Ella podía estar con los Ackerman, ir con Hange o con sus compañeros de trabajo, pero Levi estaba totalmente solo.

Miro su celular, desde que se cortó la llamada Levi no se la devolvió, tal vez estaba ocupado, pero incluso le sorprendía que siendo las 12, Levi no la llamara.

Se decidió a llamarlo por la mañana, con la idea de que tal vez se había ido a dormir, Levi no era muy festivo, aún si era su cumpleaños.

Phoebe había enloquecido buscando el regalo ideal para Levi.

Había obligado a Kenny a organizar esa fiesta de navidad para camuflar el hecho de que quien la estaba organizando, era ella para el cumpleaños de Levi.

Sabía que él nunca festejaba su cumpleaños, y ese año había decidido hacerlo distinto, sorprenderlo así como él hacía con ella, pero nada había salido bien. Ahora Kenny le enviaba cientos de mensajes con quejas de sus amigos, él solo quería dormir, pero los chicos se habían tomado en serio la fiesta de navidad.

Suspiro, y se alteró cuando su teléfono sonó.

Tal vez...

-Feliz navidad, Erwin-dijo intentando de sonar alegre, pero más que alegría se sentía tristeza, quería arrastrarse y llegar a su cama a dormir.

-Hey, feliz navidad, Phoebe, ¿sigues en el trabajo?

-Si, en 10 minutos me voy a casa-mencionó, no tenía ganas de quedarse a festejar, no tenía ganas de hacer más que esperar el llamado de Levi para saber que estaba bien-¿Sabes algo de Levi?

-Eh, si, hablamos hace un rato.

-Oh, es que no me llamó, y me da apagado su celular-murmuró.

-Se quedó sin batería seguro, sabes como es con la tecnología-río-. Ven un rato a casa de los Ackerman, estamos todos aquí, no acepto un no, estaré al pendiente.

Erwin colgó antes de que pudiera rechazar la sugerencia.

No quería ir.

Con movimientos derrotados, Phoebe se alistó para marcharse, y aunque le insistieron, ella estaba decidida a irse a dormir. Había trabajado todo el día y solo esperaba el llamado de Levi para terminar el día, pero sabía que no llegaría, por lo que nada tenía sentido en esos momentos.

Los pies le dolían y sentía las manos heladas, un baño caliente no sonaba mal, pero estaba agotada, dios se encargaría de mantenerla con vida hasta mañana que estuviera en sus 5 sentidos.

Hange le había dejado su auto para esos días. Phoebe no se sentía encantada por ser quien conducía, de hecho, haber sacado la licencia había sido toda una osadía. Levi y Erwin le habían enseñado todo un verano, y la rubia prácticamente salía llorando de sus enseñanzas, esos dos se estresaban muy fácil, pero su crisis fue peor cuando Phoebe chocó el auto de Erwin contra un basurero de la calle.

Muérdago seco | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora