Cap 6: no estás sola

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Narra Malú:

Mientras caminábamos hacia el coche, sentí el calor reconfortante de la presencia de Pablo a mi lado. Sus palabras resonaron en mi corazón, y su oferta de llevarme a casa no solo era un gesto amable, sino una muestra de cuidado que necesitaba desesperadamente en este momento oscuro.

M- Pablo, gracias por estar aquí. No sé cómo podría enfrentar esto sin ti.

PL- Estoy aquí porque me importas, Malú. No quiero que pases por esto sola.

Sus ojos reflejaban una ternura que iba más allá de la amistad. En su silencio y gestos, podía sentir algo más profundo, algo que tocaba las fibras más sensibles de mi ser.

M- ¿Por qué eres tan increíble? Siempre estás ahí cuando más te necesito.

PL- No puedo verte sufrir. Quiero que sepas que puedes contar conmigo, no solo como amigo, sino como alguien que realmente se preocupa por ti.

El camino a casa se volvió un viaje hacia la seguridad, no solo física, sino emocional. Cada palabra suya resonaba en mi corazón, y su apoyo se transformaba en un refugio en medio de la tormenta.

M- Pablo, ¿sabes? Tu apoyo significa el mundo para mí. No estoy lista para entender todo lo que ha pasado hoy, pero sé que contigo a mi lado, tal vez pueda superarlo.

PL- No quiero que enfrentes esto sola. Estoy aquí y quiero apoyarte en este momento difícil.

Sus palabras resonaron en mi alma, generando una mezcla de emociones. ¿Podría ser que, incluso en medio de la oscuridad, el sea capaz de sacarme una sonrisa?

M- Eres más de lo que jamás podría pedir. Y ahora, más que nunca, necesito a alguien como tú a mi lado.

PL- Estoy aquí para ti, Lula. Siempre. No importa lo que suceda, eres importante para mí.

Con esas palabras, llegamos a casa. Me miró con ojos que reflejaban una lealtad profunda, una conexión que iba más allá de las palabras. Cerré la puerta del coche con un nudo de emociones en mi garganta, agradecida por tener a alguien tan especial como él en mi vida. La noche era oscura, pero la luz de el iluminaba el camino hacia un nuevo día.

Abrí la puerta de casa con precaución, como si temiera encontrarme con la tristeza en cada rincón. Al entrar, la atmósfera parecía más densa, como si el dolor flotara en el aire. Mi madre, estaba en el salón, y la pequeña Lucia, jugaba con sus juguetes en el suelo.

M- Hola, mamá.

Pepi- Hola, hija. ¿Cómo estás cariño?- ella tenía que haber hablado con Albert, ya que ha estado en casa y el ha venido a recoger sus cosas.

M- No muy bien, mamá. Ha sido un día complicado.

Pepi- ¿Qué ha pasado, cariño? Me he ido de paseo con la niña y cuando he vuelto faltaban cosas, he llamado a Albert para saber si había sido el y me ha dicho que tú me lo contarías.

M- Albert se fue de casa. Necesita tiempo, o eso dijo.

Mi madre me miró con una expresión que combinaba preocupación y, extrañamente, algo parecido a un atisbo de alivio.

Pepi- Malú, cariño, a veces las cosas se acomodan de una manera que no esperamos. Tal vez esto sea una oportunidad para que ambos encuentren caminos diferentes.

M- Pero, mamá, no entiendo por qué. Estamos juntos desde hace tanto tiempo y no hablemos de la niña...

Pepi- A veces, las relaciones cambian, y las personas también. Puede que sea un nuevo comienzo para ti y para la peque, querida.

armonías inesperadas: "entre notas y corazones"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora