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𝗟𝗢𝗩𝗘

Para acompañar a un hermoso girasol, se necesita tener algo dulce cerca suyo...

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Después de eso, Miles no pudo dormir con tranquilidad como todo el tiempo, había estado pensando en aquella persona que le había dejado aquel lindo ramo. Y como su curiosidad era más fuerte, termino despierto observando con detenimiento la ventana de su cuarto, esperando alguna señal de aquel hombre

Pero nada. Nadie apareció en todas esas horas, lo que ocasionó que Miles terminará durmiendo se a las tres de la madrugada

— Mijo' levántate, el desayuno está listo — escucho la voz de su madre desde la cocina

El moreno comenzó a abrir los ojos lentamente, comenzando a estirarse para alivianar un poco el malestar en su espalda debido a la patada que le ocasionó un ladrón. Pero todo ese rollo quedó de lado al sentir algo en la esquina de la cama; una caja de chocolates envuelto en un hermoso moño color rojo

— ¿Pero qué...? — respondió apenas en un hilo de palabras por la sorpresa

¿Eso significaba que aquella persona esperó a que estuviera dormido? Oh no, ahora le gustaba a un acosador

— ¿Miles? ¿Estás ahí mi niño? — la voz preocupada de su madre lo hizo volver

— ¡Si mamá, no te preocupes! — Río no tan segura de su respuesta se fue nuevamente a la cocina. Dejando a su hijo con un lío en la cabeza

Dios ¿En qué se había metido?

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En cuanto había terminado su desayuno llamo a Ganke y ambos se encerraron en su habitación. Miles en cuanto le mostró la caja esté comenzó a chillar como si de una muchacha se tratase, casi dejando sordo al puertorriqueño

— Esto no lo podría pagar ni con un año de sueldo — agito la caja que, efectivamente, era de una marca bastante reconocida por ser una de las mejores. Y que también era una de las más costosas

— Miles ¿Sabes lo afortunado que eres? —

— Si con afortunado te refieres a que tengo un admirador asaltante que le gusta meterse a mi habitación y aparte es un acosador, pues si, soy la persona más afortunada del mundo — dijo con sarcasmo

— Hiba a decir que eras afortunado porque te conseguiste a alguien con dinero — le contradijo cruzándose de brazos — pero debo admitir que tú respuesta es más realista —

Ambos rieron por eso. Pero la mirada divertida de Ganke se desvaneció al ver la mirada pensante de Miles

— ¿Todo bien, amigo? — pregunto este preocupado por el moreno

— ¿Eh?, ¡A sí! No te preocupes —

— Amigo, no trates de verme la cara — reprochó indignado cruzándose de brazos — tienes curiosidad de quién es ¿Verdad? —

— .... Si — susurró

— No te preocupes amigo — le animo esté — mañana es navidad. Deberias estar feliz, estoy seguro de que esa persona tiene algo muy especial planeado para ti, tal vez y por fin puedas conocerlo —

Miles solo sonrió sin tanta energía, esperanzado con que las palabras de Ganke sean verdaderas

— Je, si tú lo dices —

— Por cierto ¿Me regalarías uno? — pregunto apenado cambiando de tema, señalando la caja de las manos de Miles. Este aún no los abría

— ¿Mmp? Oh, ¡Claro! — abrió el paquete con cuidado de no romperlo, ofreciéndole a su amigo para que tomara uno