La ciudad de Helheim, con temperaturas normales rondando los menos diez grados, es una de las ocho ciudades con las temperaturas más difíciles de soportar. En uno de los gélidos bosques nevados de esa ciudad, se encontraba el Artesano fantasma, con prendas similares a las que usaba en Muspelheim, con la diferencia de que estás eran de colores blancos con tonos azules pálidos en lugar de rojizos y grises.
*Correr* *correr* *correr*
Debido a su equipamiento y a su propia fuerza, podía correr libremente por el bosque. Normalmente él preferiría ir a paso lento debido a los peligros de las zonas no pobladas, sobre todo en las zonas cercanas a las [Raíces del mundo] sin embargo, en la “misión” que le encomendaron no tiene permitido tomarse las cosas con calma. Ya pasaron cinco días desde que desapareció el alquimista junto a su hija, las posibilidades de salvarlos disminuían por cada segundo que pasaba.
Mientras corría a gran velocidad, un «Troll gélido», una criatura de ocho metros cuyo cuerpo pálido y peludo daba a entender su gran resistencia al frio como su fuerza descomunal, arrastraba un gran tronco congelado a unos par de metros adelante de él.
Sin pensarlo dos veces, el «Troll gélido» oscilo su arma hacia el Artesano. No era para nada un ataque lento, tanto su fuerza como su velocidad eran abrumadoras, ciertamente no era un troll cualquiera. Este era considerablemente fuerte.
*Saltar*
El Artesano podía matarlo, incluso en poco tiempo, sin embargo decidió esquivar el ataque dando un salto a la altura del hombro del troll. Con un pisotón fuerte, uso el hombro del troll para impulsarse y alejarse de él.
Su pisada hizo que el troll moviera su hombro con dolor hacia adelante, demostrando así la fuerza con la que lo había pateado.
––– No falta mucho…
Llenándose de impaciencia, comenzó a correr aun más rápido cuando aterrizó. Sus pisadas resonaban en el suelo con una fuerza destructiva, arrasando con la tierra y la nieve a su paso.
A lo lejos de su vista, una especie de raíz gigante que se alzaba hasta más allá de las nubes con imponencia marcaba la cercanía a la que él se encontraba del lugar al que se dirigía.
Mientras más cerca estaba de la aquella raíz, más bestias, una cada vez más peligrosa que la otra, se cruzaban en su camino. Orcos, trolls, wulvers, kobolds, brujas corrompidas, lobos elementales, Lindworms, eran solo unas pocas de las bestias que arremetieron contra él. Ninguna pudo detenerlo, evadiendo a cada una de ellas sin la necesidad de matarlas, él no se detuvo hasta llegar a la [Raíz de Hel]
“*Suspiro* Veamos si aún siguen adentro”
Enfrente de una gigante grieta hueca característica de las [Raíces del mundo], una baldosa celeste plegada en una roca de un metro de alto brillaba de manera fosforescente mientras estelas humeantes sobresalían de ella.
Con idioma rúnico, la frase "Acepto el desafío de los Dioses" estaba tallada en la baldosa. Debajo de la frase estaba escrita la misma frase, pero con una diferencia notable. Las runas talladas eran menos visibles e incluso mal dibujadas. Claramente alguien que no poseía la fuerza física para siquiera raspar la baldosa había escrito la frase para poder obtener la autorización de entrar en una de las [Raíces] del «Fresno del mundo»
“Tsk, para que ponen cómo requisito tallar está baldosa si al final cualquiera puede hacerlo… Parece que están adentro todavía”
La baldosa de los Dioses era una piedra mágica conectada con el «Fresno del mundo» y solo aquellos que la tachaban con aquella frase recibían la “llave” rúnica para poder entrar en la Raíz de la ciudad correspondiente. Una vez que salgan de la [Raíz del mundo] o mueran dentro de esta la frase deberá ser borrada o desaparecer de la baldosa para dar paso al siguiente imprudente que quiera aceptar el desafío a menos que aún quede espacio en esta.
ESTÁS LEYENDO
Raíces del mundo
FantasyAlcanzando los cielos, ocho gigantes raíces se erigen en las tierras de Miogaror. Estás albergan los desafíos más álgidos para la humanidad, como también la fuente de inagotables bestias y criaturas. Separando las ciudades de Miogaror, cada raíz es...