Capítulo 2

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Sanji fue el primero en despertar al día siguiente. Apenas amanecía pero el cocinero era incapaz de dormir más. Había algo en Punk Hazard que le daba mala espina y no podía evitar sentirse incomodo en aquella isla. Salió de su habitación con la intención de ir en busca de provisiones para empezar lo antes posible con el desayuno, sin embargo, la luz encendida de una de las habitaciones al final del pasillo llamó su atención.

¿Acaso había alguien más despierto a esas horas? No se lo pensó dos veces antes de encaminarse en dirección a la luz con intención de descubrir a quien pertenecía esa habitación. Vio la puerta entreabierta y se asomó con cuidado. Sus ojos se abrieron de golpe al contemplar el interior del lugar. Observó la silueta de Law sentada en un sillón de espaldas a la puerta y aprovechó para dirigir su vista por las numerosas estanterías llenas de libros que adornaban el lugar. Si había algo de lo que el rubio disfrutaba además de su adorada cocina, era de leer un buen libro en cubierta mientras el viento y el agua le acompañaban con su melodía.

-¿Te gusta este lugar?

La voz de Trafalgar sonó con tanta intensidad que Sanji dio un brinco tras aquella pregunta. El ojeroso no se había movido de su posición así que supuso que había usado haki para detectarle. Antes de contestar se aclaró la garganta.

-Me encanta. Los libros son mi pasión después de la cocina.

-Creía que era cortejar a las mujeres.

-Que te jodan Torao.

A pesar de que Sanji tenía intención de salir de aquella habitación sin mirar atrás la risa del cirujano le hizo volver la vista y mirarle sorprendido. ¿Acababa de reírse?

-Por favor, no te enfades Kuroashi-ya. Este es el único sitio de la maldita isla que mandé preparar específicamente. Me paso las horas en la biblioteca investigando o simplemente desapareciendo entre mis libros.

El cocinero se calmó y volvió a pasear la vista por todas las estanterías llenas de libros sin perder detalle de cada uno de ellos. Muchos los había leído pero había tantos que no que por un instante deseó quedarse en aquel lugar para siempre. Suspiró y buscó la mirada grisácea de su compañero.

-Este lugar es increíble.

-¿Así que de vedad te gusta leer?

-¿De qué estás hablando? ¿Crees que en mi tripulación todos somos como Luffy? Robin y yo pasamos horas leyendo en la biblioteca del Sunny. Aunque a decir verdad hace tiempo que necesitamos comprar libros nuevos. -Susurró las últimas palabras rascándose la nuca.

-Puedes llevarte todos los que quieras.

-¿Qué? ¿Estás de broma?

-Kuroashi-ya... ¿Tengo pinta de ser una persona a la que le gusta hacer bromas?

-¿Por qué harías eso?

-Me agradas. Eso es todo.

El rubio abrió los ojos de golpe mientras un ligero rubor coloreaba sus mejillas. El médico lo observó atentamente pensando en lo atractivo que se veía el hombre que tenía delante en esos instantes, sin embargo, alguien interrumpió aquel momento.

-Buenos días capitán. Lamento la interrupción pero ¿Sanji?

-Buenos días Bepo, ¿tú tampoco puedes dormir?

El oso se rasco la nuca avergonzado al verse descubierto. -La verdad es que siempre me cuesta dormir el día antes de que comiencen los planes.

La suave risa de Sanji se coló en os oídos del cirujano como una hermosa melodía. -No te preocupes Bepo, es totalmente normal. Yo tampoco descanso igual.

¿Confías en mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora