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Jules Sinclair:
Me levanté a las 7 de la mañana, la escuela era a las 9 y se acababa a las 3. Hice toda mi rutina y baje para desayunar.
-Jules- buenos días Martin
-Martin- buenos días señorita Jules
-Jules- ¿Está rico el desayuno? - dije mientras me sentaba
-Martin- claro que sí, lo preparo mi esposa
Martin trabajaba de chófer mientras que su esposa trabajaba de cocinera en la casa, hice que le subieran el sueldo a la mujer porque tenía una carrera y no se merecía que le dieran miserias.
-Martha- está como todos los días -dijo su esposa mientras me servía el desayuno
-Jules- no sea molesta señora Petegrew, esto está delicioso como todo lo que usted cocina
-Martha- muchas gracias señorita Jules
Después de desayunar me cepille los dientes y salí para subirme al auto, llegamos y cuando me iba a bajar Martin me dijo que esperara un segundo. Se me hacía extraño pero de igual forma espere, el saco una bolsa de regalo.
-Martin- feliz cumpleaños señorita Jules- dijo y me entrego la bolsa de regalo
-Jules- Martin...- le recibí el regalo- te acordaste - sonreí
-Martin- ¿Cómo podría olvidarme?
-Jules- no te hubieras molestado, tu necesitas el dinero para pagar cuentas y - me interrumpió
-Martin- desde que a Martha le subieron el sueldo tenemos más accesibilidad para gastar en cosas apartes señorita Jules, y gracias a usted
-Jules- muchas gracias Martin - me estire para darle un abrazo
-Martin- no hay de que señorita Jules
Me baje con mi bolsa de regalo y camine a mi casillero para guardar la bolsa de regalo, antes de guardarla la abrí y había una tasa blanca de fondo y con flores moradas, mi color favorito. Martin sabía que me gustaba coleccionar tasas, también había una carta y un brazalete. Después de abrirlo me puse el brazalete dorado y guarde la tasa en mi casillero luego de eso camine hasta el salón, Vanessa no contestaba mis mensajes desde hace una semana, si, la fiesta había sido hace una semana.
-maestra- llega tarde señorita Sinclair
-Jules- lo siento mucho, no volverá a pasar- la maestra me hizo señas de que me sentará y lo hice
Después seguía una clase con una maestra que no importa si han pasado 5 días de tu cumpleaños, ella hace que todos los estudiantes te canten, no me gustaba faltar a clase pero me gustaba mucho menos que sepan que hoy es mi cumpleaños y que nadie lo sabe o lo recuerda. Ni siquiera mis padres.
Salí de la clase y me fui a el coliseo para sentarme en las gradas a esconderme, el profesor de deportes me agradaba y yo a el entonces no me diría nada. O eso esperaba.
