Romeo y Julieta viven un amor prohibido e idealizado, condenado por ambas familias. Tras varios encuentros, se casan a escondidas en una ceremonia realizada por el fraile Lorenzo, confidente de Romeo.
Pero un incidente haría torcer sus planes. El primo de Julieta, Tybaldo, quien había advertido la presencia de Romeo en la mascarada de los Capuleto, se lo encontró y lo retó a duelo. Aunque Romeo recusó por considerarlo ahora un pariente, su amigo Mercucio aceptó el reto.
Tybaldo mata a Mercucio, y Romeo, enceguecido, lo mata a él en venganza. El príncipe de Verona, cansado de la rivalidad entre las familias, sentencia al joven enamorado al exilio.
El padre de Julieta piensa que su tristeza se debe al duelo familiar, así que decide adelantar el matrimonio con Paris para animarla. Desesperada, Julieta pide el auxilio del fraile Lorenzo. Este le propone tomar un elixir para hacerla pasar por muerta ante su familia y huir posteriormente con su amado.
Pero Romeo nunca recibió el mensaje. Así, al ver el cuerpo de su esposa en la cripta de los Capuleto, se envenena a sus pies. Al despertar del efecto, Julieta encuentra a su amado muerto y, desesperada, toma su daga y se quita la vida.
Esta historia de amor es una tragedia. El único consuelo que le queda al lector es saber que, tras las terribles muertes de los protagonistas, las familias Capuleto y Montesco deciden hacer un tratado de paz.