Capitulo #3

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Ryan estaba parada, delante de la casa de Nacho. Había llegado hacía aproximadamente cuarenta minutos, pero se había detenido para admirar la belleza del lugar.

Era obvio que la familia de Nacho, era de primera clase. Auto de ensueño, hermosa casa, padres tiernos y comprensivos ...ah! La vida de su amigo se veía perfecta.

Ademas, Nacho era prácticamente, el ser humano mas afortunado, guapo y simplemente mas hermoso que ella había visto. Ryan no comprendía porqué Nacho decidía juntarse con ella, en lugar de juntarse con los demás chicos populares. Era simplemente inexplicabe.

Esto lo hacía mucho mas perfecto. Ry sabía que Nacho no juzgaba a las personas por lo que tenían o por cómo se veían, sinó por quienes eran en el interior. Y eso hacía que ella cayera verdadera, tonta y profundamente enamorada de el.

*****

Veinte minutos mas tarde, Ryan seguía admirando la casa. Hacía una hora que estaba haciendolo. Asi que por fin se decidió a entrar. Esa sería la milésima vez que ella visitaba a su amigo.

Tocó el timbre y pudo oír los pasos de Nacho, corriendo hacia la puerta. Tan solo unos momentos bastaron para que ésta se abriera, y ambos pudieran contemplar la sonrisa del otro.

—Hola Ry, que bueno que pudiste venir— dijo Nacho, con ese toque de felicidad que tanto lo caracterizaba.

—¡Nacho!— Exclamó Ryan, abrazándolo —No sabes cuánto me alegra verte. Este fue uno de los peores días de mi vida...

—Uhhh que mal— dijo él, y continuó —Pasa, traeré algo para tomar. Puedes ponerte cómoda en el living. Voy hasta la cocina, en cuanto vuelva quiero que me cuentes todos los detalles de por qué te ves tan triste— dijo Nacho.
—Claro — dijo ella —No sé que haría si no te tuviera..

—Lo mismo digo— comentó el, y fue en busca de un par de refrescos.

Cuando regresó, ambos se sentaron en el sofá. Ryan hablaba de la discusión de sus padres, de su diario íntimo y de cómo la habían tratado en la escuela. Nacho escuchaba atentamente cada palabra.

A Ry le encantaba la sensación de saber que a alguien le importaban sus problemas. Ella sabía que podía confiar en el y desahogarse de sus miedos y tristezas.

*****

El sol estaba bajando. El atardecer estaba cayendo sobre ellos y Ryan comenzó a hablar de los insultos que recibió aquel día en el colegio. Nacho no podía entender cómo eran capaces de molestar a una persona tan hermosa, por dentro y por fuera.
Lo único que él quería en ese momento, era ver a su amiga felíz. Y se dió cuenta de que si ella seguía hablando así, con tal tono de dolor y angustia, lo único que conseguiría era ver cómo caían un par de lágrimas desde sus claros y delicados ojos.

Nacho no supo que hacer.

Pero de un momento a otro, una especie de flashback le vino a la cabeza. El siempre supo que a Ryan le gustaba el, pero lo ocultaba para que ella no se sintiera incomoda. Además el no entendia lo que pasaba. El creia que Ry era una chica bastante atractiva, BASTANTE. Pero no sabía si podría verla con otros ojos que no fueran los de la amistad.

De todos modos, el estaba seguro de que ella estaba enamorada, y el,como buen amigo que era, estaba dispuesto a hacer lo que fuera para hacerla feliz. *Incluso si eso implicaba caricias, abrazos, besos, sexo, y bla bla*

Esperen... ¡Si! Como no se le había ocurrido antes??? Un beso era todo lo que se necesitaba para hacer que una chica triste, cambie de humor. O por lo menos eso era lo que el creia...

—Espera Ry— le dijo, entonces. — Te ves muy triste.. talvez quieras.. no lo sé, besarme— Okay, talvez eso fue muy apresurado, Nacho. Tienes que aprender a fingir el amor. Si no estas enamorado, solo no la beses y ya. —Quizá te haga sentir mejor.. sentirás que estoy contigo y que te comprendo.. creo...— terminó de decir, o balbucear.

Nacho era, practicamente, un idiota. Él estaba apunto de besar a su amiga, para que ella se sintiera mejor. El estaba por besar a alguien que no le gustaba, solo para que ella se sintiera mejor. Él, inconscientemente, estaba creando falsas ilusiones a Ryan, solo para que ella se sintiera mejor.

—¿A qué te refieres?— preguntó Ryan, al no saber cómo reaccionar. *tonta, tonta, tonta* pensó, cuando entendió lo que su amigo había dicho.

—Bueno.. no tienes que hacerlo si no quieres... solo quiero que ya no estes triste...— logró decir. Si ella decía que no, Nacho había metido la pata.

—Está bien, te besaré — dijo Ryan, tratando de sonar indiferente ante sus palabras, pero por dentro estaba saltando de alegría. Ella pensaba que su corazón se le escaparía por la boca en ese mismo instante.

"Cuando Tu Mirada Fue Azul" - Novela JuvenilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora