Dernière Danse.

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰𝑽 - " 𝐾𝑜𝑜𝑘 "

Jungkook recibió la carta, se rio de la mezcla de registros que había utilizado el mayor al escribir dicha cita, era muy malo intentando disimular.
No lo pensó siquiera, estaba seguro de que iría. Tenía la noche libre y ¿Qué podría ser mejor que cenar en una velada pacifica con su amor?

Se comenzó a preparar con tranquilidad, le prestó atención a cada detalle de sí mismo, tal y como lo haría una damisela enamorada de un príncipe, o una señorita que quería destacar para los ojos de su amado, o como lo haría un Jimin que desea llamar la atención de su Yoongi.

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Estaba emocionado, estaba realmente muy emocionado, y se notaba; el pulso le temblaba y su pie izquierdo golpeteaba el suelo con constancia, generando una resonancia, que, a su vez, se combinaba con el sonido seco de las agujas del reloj que adornaba su muñeca.
Faltaba una hora y media para las 23:00, pero Jungkook ya estaba listo hace mucho. Hacía el intento de leer algo para matar el tiempo, pero, no lograba concentrarse ni siquiera un poco. La ansiedad lo estaba matando.

Soltó un bufido y cerró el libro de golpe, se levantó de su asiento para poder devolverlo a su sitio original, vaciló en su habitación, dando vueltas en silencio sin saber qué hacer. Revisó su aspecto infinitas veces, incluso dudo en cambiarse, y estuvo a punto, hasta que vió la hora y notó que ya habían pasado treinta minutos, ¿En qué momento se había entretenido tanto?

Se dirigió a la salida de su hogar, tomando uno de los sacos del perchero y colocándoselo con algo de apuro, de un manotazo tomó el bolso que estaba apoyado en la silla a algunos pocos pasos de él, revisó su interior para asegurarse que tenía todo lo necesario y así sin más, salió de su residencia.

Mientras tanto, Taehyung, yacía sentado en uno de los sofás de su living en lo que la carne de la cena terminaba de cocerse.

El timbre resonó de repente en la casa, le llamó la atención, ya que aún el reloj no marcaba las 23:00.
Se levantó de su lugar y caminó en dirección a la entrada, abriendo la puerta y encontrándose con un Jungkook que se veía muy agotado, y, aun así, casi sin aliento, esbozó una sonrisa encantadora que se dirigía únicamente al hombre parado del otro lado del umbral.

- Hola... - Murmuró en casi un susurro, parecía que la voz no le funcionaba, como si se hubiese quedado encerrada en su pecho ante lo agitado que se encontraba.

- Hola, Kook.

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starboooooy