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Era temprano, 8 de la mañana. Enzo bostezaba y tapaba su vista de la luz eminente que venia por la ventana. Estira su cuerpo, y mientras dejaba caer su brazo al otro lado de la cama pudo sentir el vacío y la falta de su compañero en la misma. Hasta ese momento no fue que se percato del rico olor que habitaba en el aire.

Con una gran sonrisa y saboreando el delicioso olor que entraba por la puerta, se puso sus pantuflas, y así sin más salio de la habitación rumbo a la cocina, sin importarle que no lleve ropa alguna aparte del short deportivo con el que se habia dormido anoche y unas medias.

Bajo despacio por las escaleras procurando no caer de la emocion, aun no se había despertado del todo, pero si que estaba entusiasmado por ver a su amado.

Y ahi lo vio, a pasos lentos y suaves se acercó al castaño que yacía en la hornalla moviendo sartenes y revolviendo cucharas. Lo abrazo por detras colocando sus brazos alrededor de su cintura, poniendo su rostro a la par del otro dejando un beso en sus mejillas.

— Buen día mi amor. — dijo contra el rostro ajeno.

Julian se habia exaltado un poquito por la repentina llegada del contrario ante su concentracion mientras cocinaba el desayuno para ambos.

—Ay amor, justo te iba a levantar— respondió con un pico en los labios — buen día ¿Como amaneciste? Hice el desayuno para los dos. — dijo con una sonrisa tierna en sus labios mientras levantaba ligeramente el sarten con los huevos revueltos apenas puesto en la sartén.

—De maravilla, como siempre.— menciona volviendo a besar sus mejillas.

Enzo admiro todo lo que habia en la mesa, por un lado habian platos, una con tostadas untadas en manteca derretida con una ligera capa de dulce de leche por encima y crema batida con frutillas, otro con lo que parecían ser panqueques con dulce de leche y un poquito de miel por encima, y dos tazas compartidas con el escudo de River llenas de café, mientras que en el otro lado de la mesa parecia como si alguien hubiera tirado el tacho de basura encima de esta.

Sus ojos habian quedado sorprendidos por lo prolijos y deliciosos que se veian los paltos. Se notaba que habian sido hechos con esmero.

— Ya casi termino, doy vuelta esto y ya lo llevo todo para la mesa. —dijo señalando el omelette casi listo sobre la sartén.

— Ayy mi amoor. —escondio su rostro en el cuello contrario— sos un genio, como te puede salir todo bien. — esta vez volvio a besarlo, en una serie de pequeños besitos sobre su cuello que volvian a subir hasta sus mejillas, ajustando su agarre en la cintura uniendo más sus cuerpos — te amo.—

Esto le genero un pequeño cosquilleo en el cuello a Julian, provocandole una sonrisa. — yo tambien te amo, y más — apagó el fuego y volvio a dejar un beso, esta vez mas largo en los labios ajenos.

Pero rapidamente su exprecion cambio a una de falsa molestia. — ay Enzo, tenes la pija parada.— dijo tratando de alejar sus caderas hacia adelante.

— Recien me levanto amor, que queres que haga.— simulo un tono de cansancio dejando caer su rostro sobre el hombro izquierdo de Julián.

—sos un desubicado.— dijo mientras servía el último plato de omelette.

— ¿Y por qué no me ubicas? — dijo provocativo, acercando su torso.

Julián estaba rojo — si, con esto te voy a ubicar — levanto la espatula con la que previamente habia servido su plato. La exprecion de Enzo cambio completamente y eso le dio gracia a Julián.

—so' re malo vo' — simulo triste un puchero en sus labios.

—mentira mi corazón.— volteó y casi le da un infarto al ver el torso desnudo de Fernández. — Dios Enzo, pense que estabas desnudo por un momento. —suspiro aliviado y con un tono rojizo en sus mejillas.

 Regalos || enzulian ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora