One shots de Kpop

Hoseok| Hermosa ayudante

La noche estaba lluviosa ideal para dormir hasta el mediodía del día siguiente, y si podías dormir junto a tu esposo sería mucho mejor.
Y al estar lloviendo decidiste abrir el libro que hacía rato venías leyendo, estabas a nada de terminar y no podías evitar no leerlo. Pero tu vista fue interrumpida por unas suaves manos quitando tu libro, pero claro, no sin antes marcarlo.

-Oye- te quejaste -Yo estaba leyendo eso-

-Lo se cariño, pero te hara peor a la vista, recuerda que el oculista te reprochó por leer de noche- te recordó poniendo los mechones rebeldes de cabello detrás de tu oreja -¿Ya te dije que te ves muy sexy y tierna con esos lentes?- interrogó susurrando en tu oído

-Lo dices siempre que me ves con ellos- reiste -Pero odio que me veas con esto, no me sientan bien- lloriqueaste quitandotelos

-No digas estupideces, te ves muy hermosa, sexy y hermosa- dándote un sonoro beso en la mejilla

-Lo peor es que debo usarlos todo el tiempo- prosiguiendo con tu queja -Cada día estoy más ciega- tirándote sobre Hoseok.

Hoseok cayó de espaldas al resto del colchón y tu quedaste sobre el. Reia por lo bajo al oír tus lloriqueos y quejas de niña pequeña por tener que usar lentes.
En un momento sentiste que su cuerpo se tenso, no sabías si era porque ya no te quería sobre el o que, por lo que levantaste un poco tu cuerpo para poder verle a los ojos, a esos perfectos y atrapantes ojos.

-¿Todo bien?- cuestionaste confundida

-Oh claro que si- aseguro -solo quería saber si...¿Mañana tendrás planes?- pregunto con un deje de nerviosismo

-¿Mañana?- te tomaste unos segundos para pensar -No, mañana no tengo planes, ¿Por qué?-

-Necesito ayuda para armar la coreografía de una de nuestras canciones- refiriéndose a el y los chicos -y quería saber si mí sexy novia de lentes podía ayudarme- dándote un casto beso en los labios

-Ya veo- reiste -Bueno, tu sexy novia de lentes dice que estaría encantada de ayudarte, aunque no sea profesional- sonreiste dándole un beso en la mejilla

-Perfecto- sonrió y empezó a acariciar tu cintura -Tendre una hermosa ayudante- insinuó pícaro empezando a acariciar más arriba de tu cintura

-Y yo un hermoso jefecito al que ayudar- aseguraste guiñandole un ojo para luego empezar a besarlo apasionado

El beso empezó a tornarse salvaje, empezaron a oírse respiraciones entre cortadas, gruñidos por labios siendo mordidos y leves quejidos de placer.
Esa noche sería larga, muy larga, y tal vez a la mañana siguiente te podría costar moverte, pero como siempre dijiste "Vive el hoy, no pienses en el mañana"