𝐄𝑓𝑖𝑚𝑒𝑟𝑜 𒌋𝑵𝒂𝒎𝒌𝒐𝒐𝒌

Entre versos.

La música había cesado, pero su eco aún vibraba en el aire, un susurro que se negaba a desaparecer en la noche. Namjoon se encontraba frente a Jungkook, sus ojos reflejando la luz de las farolas, una mezcla de asombro y gratitud en su mirada. Había algo en la voz del joven músico que había tocado una parte dormida de su alma, despertando las palabras que tanto había buscado.

"Tu música... es increíble" Murmuró Namjoon, su voz apenas audible sobre el murmullo de la ciudad. Jungkook le ofreció una sonrisa tímida, su expresión revelando sorpresa ante el cumplido inesperado. "Gracias"  Respondió, guardando su guitarra con cuidado en su estuche desgastado. "Es solo algo que hago para sentirme vivo."

Namjoon se presentó, extendiendo una mano que Jungkook aceptó con firmeza. Poco a poco, surgió una conversación, hablaron de arte, de música y literatura, de cómo cada uno veía el mundo a través de su respectiva lente creativa. Namjoon compartió su lucha con las palabras, su bloqueo de escritor que parecía insuperable hasta esa noche. Jungkook escuchó con atención, sus ojos brillando con empatía.

"Quizás lo que necesitas es ver el mundo desde una perspectiva diferente" Sugirió Jungkook, cerrando el estuche de su guitarra con un clic. "Ven, puedo mostrarte la mía." Intrigado, Namjoon asintió, y juntos se adentraron en la noche, dejando atrás la esquina que había sido testigo de su encuentro.

Caminaron por calles estrechas y plazas iluminadas, cada paso revelando un nuevo matiz de la ciudad que Namjoon nunca había notado. Jungkook señalaba grafitis ocultos, murales que contaban historias de amor y rebeldía, mientras Namjoon absorbía cada imagen, cada palabra, cada emoción que la ciudad tenía para ofrecer.

La inspiración fluía libremente en la mente de Namjoon, cada conversación con Jungkook, cada risa compartida, cada confesión sincera, era un verso que se añadía al poema de su vida. Y mientras la noche avanzaba, Namjoon comenzó a escribir mentalmente, las palabras formándose con una claridad que había eludido durante meses.

Este bello encuentro concluye con Namjoon y Jungkook sentados en un banco de un parque tranquilo, el ruido de la ciudad a lo lejos. Namjoon saca su cuaderno, y con una sonrisa de agradecimiento a Jungkook, comienza a escribir, las palabras fluyendo como la música que había iniciado todo.