𝐄𝑓𝑖𝑚𝑒𝑟𝑜 𒌋𝑵𝒂𝒎𝒌𝒐𝒐𝒌

Despedida.

La luz del amanecer se filtraba por las cortinas del apartamento de Namjoon, revelando los rastros de una noche inolvidable. Las calles de la ciudad aún resonaban en su memoria, cada risa y melodía compartida con Jungkook, el músico que había capturado su corazón. Promesas de reencuentros flotaban en el aire, tan palpables como el aroma del café matutino.

Namjoon, con los dedos aún entumecidos por el frío nocturno, se deslizó entre las páginas de su último manuscrito cuando un sobre inesperado llamó su atención. Era una oportunidad dorada, de aquellas que solo se presenta una vez en la vida: Una oferta para trabajar en el extranjero y expandir su carrera como escritor. El éxito que había anhelado estaba al alcance de su mano, pero con un dudoso costo.

La decisión pesaba sobre él como una losa; irse significaba dejar atrás a Jungkook, el chico de la guitarra que había llenado su mente de música. Namjoon sabía que el amor y la pasión por las letras podían coexistir, pero el destino parecía empeñado en separarlos.

Con el corazón encogido, Namjoon citó a Jungkook en el río Han, bajo el manto de la noche. Las estrellas reflejadas en las aguas oscuras eran testigos de su despedida. Las palabras se atoraban en su garganta, pero Namjoon encontró la fuerza para disculparse, para explicar que no era una elección entre su amor y su sueño, sino un sacrificio por ambos.

Jungkook, con la mirada perdida en la corriente del río, asintió con comprensión. No había reproches, solo la aceptación silenciosa de dos almas que se habían encontrado en el momento equivocado. Se abrazaron por última vez, un abrazo que contenía todas las palabras que no se atrevían a decir.

Y Namjoon se alejó, dejando atrás el río Han y los ecos de una guitarra que seguía sonando en su mente. La promesa de volver a verse se desvanecía con cada paso, pero la esperanza, esa pequeña chispa indomable, permanecía. Quizás, en otra vida, en otro momento, sus caminos se cruzarían de nuevo.